Exministro de Justicia será el 4° primer ministro de Pedro Castillo en Perú en 6 meses de gobierno
El presidente de Perú, Pedro Castillo, anunció en la noche del martes (8) el cuarto ocupante del cargo de primer ministro en poco más de seis meses de gobierno. Aníbal Torres, de 79 años, que ocupa la cartera de Justicia desde los primeros nombramientos del gabinete, será el primer ministro que intentará finalmente poner en marcha el mandato del líder izquierdista.
Anteriormente, el presidente había prometido anunciar un equipo ministerial «más participativo y de base amplia». El nombramiento de Torres se produjo exactamente una semana después del de Héctor Valer, blanco de muchas críticas luego de que la prensa peruana revelara que fue acusado en 2016 de haber agredido a su hija y exesposa; el político lo niega.
La ley peruana dicta que el gabinete designado por el presidente debe recibir un voto de confianza del Congreso. Las posibilidades de aprobación del equipo encabezado por Valer se hicieron muy escasas luego de que la presidenta del Parlamento, la opositora María del Carmen Alva, pidiera su renuncia, e incluso tres compañeros de gabinete lo cuestionaron públicamente.
El viernes (4), luego, tres días después del nombramiento del primer ministro, Castillo prometió cambios en el gabinete – oficializados este martes. La pregunta ahora es cómo será recibido el nombre de Torres entre los parlamentarios. La sesión para el voto de confianza debe realizarse dentro de 30 días, y el presidente, en todo caso, dijo que este miércoles (9) se realizará la primera reunión ministerial del nuevo equipo.
La ley peruana exige que todo el gabinete sea reelegido cuando se nomine un nuevo primer ministro (aunque algunos pueden ser ratificados), y Castillo aprovechó para reemplazar otros nombres que habían sido objeto de disputa: Katy Ugarte (Mujer) y Wilber Supo ( Ambiente) serán reemplazados por Diana Miloslavich Túpac y Modesto Montoya, respectivamente.
De los 19 titulares nombrados con Héctor Valer, 6 ya han sido reemplazados, incluido el primer ministro. Además de un nombre fiel a él al frente del Consejo de Ministros, Castillo también trajo al equipo, en el Ministerio de Salud, a un político cercano a Vladimir Cerrón, dirigente de Perú Libre: Hernán Condori Machado.
El presidente está afiliado al partido, pero tiene una relación conflictiva con la bancada. El lunes por la noche, el diario peruano El Comercio informó que Castillo se había reunido con Cerrón en el palacio.
Entre otros, se mantuvieron tres nombres que ya habían sido postulados en el último canje: Óscar Graham en Economía, César Landa en Relaciones Exteriores y Alfonso Chávarry en Interior.
El primero reemplazó a Pedro Francke, un moderado que fue criticado por el ala más izquierdista del partido del presidente, pero que contó con el beneplácito del mercado. Y este último ocupa la carpeta que fue el detonante de la actual crisis.
Avelino Guillén, quien fuera el cuarto ministro encargado del Interior, renunció el 28 luego de que se enfrentara con el comandante en jefe de la Policía Nacional, Javier Gallardo, por oponerse a una serie de cambios de oficiales. La entonces primera ministra, la izquierdista moderada Mirtha Vásquez, entró al circuito y había estado tratando de sacarlo de la idea, pero al final dijo que había fracasado.
Al resignarse, calificó la situación del gobierno como crítica y el tema en la cartera de Guillén como “expresión de un problema estructural de corrupción en diversas instancias del Estado”..
Con la salida de Vásquez y los demás cambios, de hecho, el número de mujeres en el equipo ha vuelto a bajar: ahora solo hay tres, contra cinco en el despacho del presidente del Gobierno y cuatro en el de Valer.
Desde que asumió el cargo el 28 de julio, luego de vencer por un pequeño margen a Keiko Fujimori en la segunda vuelta, Castillo ya enfrentó llamados a la destitución de la elección, la renuncia del jefe de las Fuerzas Armadas poco antes de la toma de posesión, un proceso de destitución que terminó rechazados en el Congreso y eventuales despidos de asistentes- por declaraciones polémicas, denuncias de irregularidades y por realizar una fiesta en medio de restricciones impuestas por el gobierno para contener la pandemia.
Eso sin contar la formación de gabinetes anteriores, en medio de roces con su propio partido; Dirigentes más a la izquierda de Perú Libre criticaron la postulación de nombres a los que llamaron «caviares», más moderados. El primer primer ministro, Guido Bellido, respondía a los juicios por corrupción y apología del terrorismo, por comentarios elogiando a Sendero Luminoso, una guerrilla que, en conflicto con el Estado, causó la muerte de más de 70.000 peruanos.
En nombramientos anteriores, Castillo ha sido probado a fuego en el Congreso. En la primera se necesitaron dos sesiones y más de 18 horas para otorgar el voto de confianza; en la segunda, fueron diez horas de debate, marcadas por la muerte de un diputado, que horas antes se había sentido enfermo.