Estrés postraumático: cuál es el problema y cómo afrontar los desencadenantes
Experimentar una situación traumática puede tener impactos que se extienden mucho más allá del momento en que ocurrió la experiencia. Para las personas que han sobrevivido a un evento aterrador, el trastorno de estrés postraumático (TEPT) Puede convertirse en una causa constante de sufrimiento y ansiedad, que requiere atención de salud mental que varía de persona a persona.
El trastorno de estrés postraumático es común en quienes han sufrido un accidente automovilístico, han sufrido abuso sexual, han sufrido un robo o se han enfrentado a un desastre natural.
Pero cualquier escenario de terror o amenaza puede propiciar la aparición de este desorden, incluso en personas que no fueron víctimas directas del episodio traumático: Recibir información trágica o presenciar una situación que le sucedió a alguien puede ser suficiente para desarrollar PTSD.
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Síntomas de estrés postraumático
Al ser un problema con muchas facetas, el PTSD puede manifestarse de diferentes maneras dependiendo de la realidad de cada persona. Pero es común que el estrés postraumático cause síntomas físicos y psicológicos..
Al revivir el trauma, por un desencadenante o un recuerdo fortuito, la persona puede experimentar náuseas, taquicardia y sudoración excesiva, además de sentir ansiedad, miedo a quienes le rodean y estar en constante alerta por temor a una amenaza.
Una realidad común para los sobrevivientes de experiencias traumáticas son los recuerdos intrusivos de la situación que causó el trastorno. Incluso cuando la persona no puede recordar el momento en detalle, El trauma puede resurgir involuntariamente en la mente a través de flashbacks o pesadillas..
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¿Qué tratamientos existen para el trastorno?
El tratamiento del estrés postraumático requiere un enfoque individualizado. No existe una receta única que sirva para todos los casos. En general, Los expertos recomiendan una combinación de psicoterapia con medicamentos antidepresivos y ansiolíticos.
Entre las técnicas terapéuticas que se suelen utilizar se encuentra la exposición a recuerdos traumáticos. En este tipo de terapia se anima a la persona a hablar sobre el momento que provocó el trastorno de estrés postraumático.
Al principio, afrontar un trauma puede provocar resistencia. Sin embargo, muchos pacientes informan una mejoría de los síntomas a medida que se acostumbran a reorganizar los recuerdos y aprenden a lidiar con los recuerdos desagradables.
Lo más común es que terapia y medicación se indiquen juntas, pero también hay casos en los que se utilizan por separado, dependiendo de la respuesta de la persona a cada planteamiento.
Identificar los desencadenantes del trastorno de estrés postraumático
En muchos casos, un episodio de crisis de estrés postraumático está provocado por un desencadenante, una situación concreta que desencadena el recuerdo de ese escenario de terror.
Desencadenantes comunes del trastorno de estrés postraumático incluir lugares con mucha gente, contacto físico inesperado, ruidos fuertes o proximidad a la fecha en que ocurrió el evento traumático.
La dificultad de afrontar estos desencadenantes hace que muchos pacientes opten por aislarse socialmente, evitando lugares y personas que puedan desencadenar una crisis. El apoyo psicológico puede ser fundamental para identificar qué provoca una reacción más fuerte en esa persona, ayudándole a afrontar mejor esta realidad y volver a una vida social más activa.
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