Estabilidad política y combustibles alternativos en la movilidad
Concluido el proceso electoral, es hora de construir el futuro. Enfrentamos, como país, como economía y sociedad, un conjunto de desafíos que deben ser abordados de manera comprometida. La mayoría política que resultó de las elecciones es potencialmente positiva, ya que es sinónimo de estabilidad. Para la solidez y eficacia de las políticas públicas, la estabilidad es un valor de suma importancia.
El marco de negociación permanente en el que ha vivido el país en los últimos años, con mayor expresión en la anterior legislatura, ha llevado a que, a pesar de haber logrado importantes avances, la política energética aún tenga un importante desafío por delante. En concreto, en lo que se refiere a los combustibles alternativos para la movilidad, tal y como los definió la Comisión Europea en 2014 –en el caso de los Gas Natural Vehicular (GNC)– y su asimilación al gasóleo profesional. En un marco de estabilidad política, el Gobierno, que próximamente iniciará sus funciones, deberá adoptar medidas que permitan una mayor equidad fiscal para la movilidad verde del GNC.
De hecho, en Portugal, desde 2016, existe un esquema de apoyo al diésel profesional marcadamente generoso, que incluye un reembolso parcial del ISP hasta aproximadamente 0,19 euros por litro. Con la inclusión del GNC en el ámbito de los carburantes profesionales –es decir, en igualdad de trato con el diésel profesional– habrá cuatro beneficios.
El primero, económico, según todos los cálculos realizados, el incremento de vehículos propulsados por GNC compensará la disminución efectiva del impuesto; el segundo, fiscal, corregirá la discriminación contra España, donde la tributación del GNC es inferior a la mitad (1,15€/Gj en España y 2,49€/Gj en Portugal) y donde muchos camiones portugueses propulsados por GNC van a suministrar el correspondiente pérdida de ingresos para el Estado portugués.
La tercera, medioambiental y ecológica, en la medida en que, siendo el GNC más ecológico que el gasóleo, se estima, según la Asociación Ibérica de Empresas Naturales, Renovables e Hidrógeno para la Movilidad, GASNAM, que en Portugal y mediante el uso del gas natural para la en detrimento del gasóleo, se habrán evitado emisiones de más de diez mil toneladas de CO2; y el cuarto, un beneficio en términos de competitividad, imprescindible en un mercado dinámico y libre, con más libertad de elección para los agentes económicos.
El actual marco de estabilidad política, que permitirá una rápida aprobación de la propuesta de Presupuestos Generales del Estado, podría ayudar a acelerar el camino de la transición energética en el sector de la movilidad. Una legislatura que ofrece un extraordinario horizonte de estabilidad en el ámbito de la energía en general y de la movilidad en particular. Al ser mayoritariamente utilizado en la movilidad urbana colectiva y el transporte de mercancías de larga distancia, el GNC sigue estando fuertemente penalizado a nivel fiscal, de forma que puede considerarse desproporcionada e injusta. También porque, medioambientalmente, es un combustible más ecológico que el gasóleo.
Sin embargo, un quinto beneficio. Con esta injusticia corregida, las empresas de GNC no solo podrán prosperar, manteniendo el empleo y el desarrollo en los territorios, sino que también podrán canalizar inversiones hacia más innovación. Con los incentivos adecuados, el sector en su conjunto tenderá a invertir en innovación y desarrollo. Dadas las políticas bajas en carbono para la movilidad, y de acuerdo con los objetivos de la Pacto Verde Europeoel Plan Nacional de Energía y Clima 2030, así como la Estrategia Nacional del Hidrógeno, será fundamental potenciar el mercado de la movilidad del gas natural, como elemento imprescindible para una deseable transición energética equilibrada y justa.
Por último, el sector del transporte de gas natural, que a medio plazo debería ser totalmente sustituido por gases renovables, carece de un marco legislativo más meritorio que el del gasóleo, para garantizar una promoción eficiente de un combustible más sostenible y transitorio de los combustibles verdes, que complementar la electricidad en la descarbonización del transporte, por lo que la implantación de garantías de origen de los gases renovables en la movilidad, también puede seguir un claro camino legislativo.
Países como Alemania, Austria y Francia ya lo han hecho. Y con notable éxito: estos países aseguran hoy una penetración muy importante de los gases renovables en el mezcla de la energía que alimenta la movilidad. A nivel europeo, el porcentaje ya supera el 20%. Tomemos este camino.