En busca del improviso perfecto, con Nani (la crónica del Sporting-V. Setúbal)





El momento existió en que José Peseiro, a matar a sus botones, a ponderar a los pros que, por demás evidente, perdían para los contras, decidió aceptar el trabajo de entrenar al equipo de fútbol del Sporting. Este Sporting muy en particular, enmarañado en una red de invasiones agresivas, presidentes destituidos, asambleas generales marcadas y desmarcadas, candidatos mil, ex presidentes impedidos de ser candidatos y providencias cautelares.





Son confusiones no futbolísticas, una colección de acontecimientos que estarían en el arquetipo de cómo no desorganizar un club, que harán con el día en que el Sporting establezca la estabilidad tenga la misma importancia que el maniatado del fuego tuvo para la historia de la humanidad. José Peseiro, de todos modos, arriesgó y dijo que sí.

Los jugadores iban y venían, algunos contratos rescindidos regresaban como nuevas líneas negras a ser escritas en el blanco, Peseiro fue entrenando a un equipo que aún continúa en fase de montaje, sereno y sin levantar olas en el mar ya muy picado, y su discurso nunca se ha se ha desviado mucho de esta línea: estamos enfocados en el fútbol, ​​en los juegos, en los entrenamientos y en lo que se ciñe al césped, no nos metemos en las cosas que hay fuera del campo, y lo importante es ganar, sea como sea, hasta que esas cosas se resuelvan .

Y el Sporting ganó al Moreirense, una semana atrás, mucho en el esfuerzo, en la lucha, en un juego más directo y en la demanda aérea del área de los otros, menos pensado y articulado para salir de su área, y redimir lo que ya había dicho – interesa en ese momento, ganar de qué forma.

Una manera de jugar que se repitió, en bastantes cosas, en Alvalade, donde los leones, aunque en menor dosis, repitieron el juego ofensivo algo a los golpes, insistente en circular la pelota por fuera. Los laterales se proyecta para desocupar los espacios que Battaglia y Misic, cada uno a su lado, pero casi en la misma línea, ocupaban para dar salida de balón al equipo.

Esta filtración de juego atacante, sin embargo, se banalizaba por la repetitiva elección en lanzar Jefferson en el apoyo a Nani, por la cuerda invisible que no separaba en más de cinco metros los dos medios más retrocedidos, tornándolos meros trincos que no buscaban recibir la pelota entre las líneas del Vitória.

En la compañía del Sporting, la pelota fue muy a las alas para ser muy cruzada para Bas Dost, quien nunca encontró por el aire, o por la hierba, también porque Bruno Fernandes corría para acercarse a Nani mientras Acuña circulaba por dentro, en busca de ser y recibir como un extremo de juego interior, de toque, de tablas y de juego de espaldas al objetivo, que nunca pareció ser.





Por lo colectivo, producía muy poco, con casi inexistente dinámica, un chava que se mantuvo casi siempre hasta el final del juego y, desconstruido, significa que raras son las jugadas en que los jugadores se mueven, desmarcan y reaccionan al espacio ya los movimientos de los movimientos otros con un criterio que parezca planeado. O variado. O que en hora y media haya más que la cabeza de Battaglia a desviar un libre de Acuña, o que el libre que Nani golpea a la barra.

Carlos Rodrigues

Bolas paradas, lazos individuales e improvisados. Como lo ocurrido así que hubo una simple tabla, después de un lanzamiento lateral, para Nani rematar donde se esperaba que cruzara, como se vio por la lenta reacción de Cristiano y los apoyos pesados ​​del portero que ayudó al 1-0.

La única jugada ligada, con tablas y al menos tres jugadores involucrados, dio el segundo gol al capitán leonino, al cabecear en la pasada la bola tensa que Jovane Cabral cruzó hacia el área.

Entre los goles hubo otro, aún en la primera parte, que Zequinha marcó para el Vitória en la resaca de la bola que Salin, aventurero lejos de los postes, no agarró. Como varias otras, en la reacción a cruces, en que se equivocó en el abordaje y falló el golpe, el desvío o el agarre de la pelota. En un canto, Cádiz se adelantó a las manos no calculadas del francés y la desviación pasó muy cerca del poste.

Porque a defender, los leones se comportaron, con demasiadas veces, de forma individual y aislada, con jugadores a salir solos en la presión, oa no tapar juntos los espacios por donde los sadinos podían atacar. En las salidas rápidas con bolas recuperadas, el Vitória llegó al menos una decena de veces al área del Sporting y el equipo de José Peseiro sólo reaccionó, nunca actuando, en bloque, para prevenir los contraataques adversarios.

El Sporting mejoró un poco con los pies leves y taberneros de Montero, en la frente, que jugaban más lejos del área y cerca de Nani y Bruno Fernandes, que ha corrido más de lo que toca en la pelota. El equipo cerró el juego encogido en el área y guardando la bola mirando al reloj, en lugar de la baliza sadina.

Lo que interesaba era ganar.

Por eso, llegará al dereber con el Benfica con los mismos seis puntos, cinco goles marcados y dos sufridos del rival. En el caso de que se trate de un juego de azar o de un juego de azar, el jugador de la selección brasileña de fútbol.

Y, algún día, eso también tendrá que interesar. "Incluso si José Peseiro va diciendo el mismo tipo de cosas:" Incluso sabiendo que los jugadores tienen potencial para jugar a otro nivel, las dos victorias son justísimas. Sabemos dónde estamos y hacia dónde queremos ir, fue un paso más.

Ana Gomez

Ana Gómez. Nació en Asturias pero vive en Madrid desde hace ya varios años. Me gusta de todo lo relacionado con los negocios, la empresa y los especialmente los deportes, estando especializada en deporte femenino y polideportivo. También me considero una Geek, amante de la tecnología los gadgets. Ana es la reportera encargada de cubrir competiciones deportivas de distinta naturaleza puesto que se trata de una editora con gran experiencia tanto en medios deportivos como en diarios generalistas online. Mi Perfil en Facebookhttps://www.facebook.com/ana.gomez.029   Email de contacto: ana.gomez@noticiasrtv.com

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