Para celebrar el 50 aniversario de su llegada a la Luna, la NASA restauró y abrió la sala de control al público, donde los ingenieros y los científicos vibraban con el "gran paso para la humanidad" de Buzz Aldrin y Neil Armstrong. Las pantallas están encendidas, y en las mesas siguen las tazas de café y los paquetes de tabaco arrugados, como si todo hubiera pasado hace unos minutos.