El presidente de Israel pide equilibrio tras la crisis abierta por la ofensiva del gobierno

Ante los enfrentamientos que estallaron en Israel tras la llegada al poder de la coalición más derechista de la historia del país, el presidente Isaac Herzog, veterano del Partido Laborista, llamó a la calma. «Necesitamos calmar las cosas, bajar la temperatura», dijo el martes (10).

El jefe de Estado, elegido en 2021 por la Knesset, el parlamento israelí, hizo un llamado a los «funcionarios electos y ciudadanos de todo el espectro político» para apreciar la moderación y la responsabilidad. «Este es un período sensible y volátil», continuó el presidente.

Las declaraciones se producen después de otro episodio que provocó una disputa narrativa entre los partidarios del primer ministro Binyamin Netanyahu y los políticos de la oposición de centroizquierda. El caso gira en torno a la polémica reforma judicial guiada por el gobierno de Bibi, como se conoce al primer ministro. El plan debilitaría a la Corte Suprema.

Más temprano, el legislador Zvika Fogel, de la coalición Otzmá Yehudit (Fuerza Judía), pidió el arresto de los líderes de la oposición, acusándolos de traicionar al estado y ser «personas peligrosas». Los partidarios se hicieron eco del llamado, quienes afirmaron que los políticos de la oposición estaban incitando al derramamiento de sangre.

Las solicitudes se produjeron después de que líderes como Benny Gantz, exministro de Defensa, dijeran que el plan de reforma judicial podría conducir a una guerra civil e incitar a la población a salir a las calles en repudio al proyecto. Yair Lapid, ex primer ministro, dijo que la reforma socavaría la democracia.

Según información del Times of Israel, Bibi habló con el presidente y buscó distanciarse de los comentarios de los miembros de su coalición, pero no los condenó. “En un país democrático, no arrestamos a los líderes de la oposición”, dijo en las redes sociales.

A lo que el crítico hizo: “Así como no llamamos nazis a los ministros ni llamamos Tercer Reich a un gobierno judío, tampoco fomentamos la desobediencia civil entre los ciudadanos”. Bibi se refería a los carteles exhibidos en una manifestación contra la reforma judicial este fin de semana, cuando los miembros del gobierno fueron comparados con los nazis.

La situación escaló después de que el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, un ultranacionalista que se ha visto envuelto en episodios de tensión política, ordenara a la policía reprimir a los manifestantes si detenían el tráfico. Miembros de la oposición como Lapid dijeron que tal discurso culminaría en violencia contra los civiles.

Más tarde, en Twitter, el ex primer ministro centrista criticó nominalmente a Netanyahu. “En un país democrático, no atacas a los ciudadanos ni al sistema de justicia”, escribió. “Se ha convertido en un primer ministro débil, acorralado por sus socios extremistas, que están llevando al Estado de Israel a la ruina”.

Netanyahu volvió al poder junto a una coalición de ultraderecha tras ganar las elecciones de noviembre pasado. El político dirigió el país durante 12 años antes, hasta 2021. Sus aliados han desatado conflictos no solo con la oposición, sino también con los palestinos, en una situación que los analistas califican de potencial para escalar la tensión regional.

Este lunes (9), por ejemplo, el ministro Itamar Ben-Gvir dijo que había ordenado a la policía del país que prohibiera izar banderas palestinas en público. Días antes, su viaje al complejo de la mezquita de Al-Aqsa, un lugar sagrado, desató una crisis diplomática que incluyó críticas incluso desde Brasil.