El patriarca de Lisboa dice que el país debe “encontrar fuerzas” para superar las dificultades
El patriarca de Lisboa, Rui Valério, afirmó hoy que Portugal debe «encontrar fuerza y voluntad para superar sus dificultades» para «superar una cierta parálisis que sufre», recordando el 50 aniversario del 25 de abril.
“Precisamente hace 50 años, y en plena época de Semana Santa, [Portugal] salieron a las calles para lograr un cambio que trajera democracia y diera voz al pueblo. Hoy Portugal debe volver a la fuente de la resurrección y encontrar la fuerza y la voluntad para superar sus dificultades”, advirtió en la homilía de la misa del Domingo de Pascua.
En la ceremonia de Pascua que tuvo lugar esta mañana en la catedral de Lisboa, Rui Valério destacó que el país debe «superar una cierta parálisis que padece, provocada por la acomodación y, no pocas veces, la resignación».
El clérigo también recordó la “Pascua de la Resurrección de Jesús” como “fuente de inspiración” para los pueblos y naciones, para que “emprenden revoluciones renovadoras, o transformaciones profundas en su tejido social y político”.
En su homilía, el Patriarca de Lisboa destacó que la vida se compone de “eventos y acontecimientos imprevistos, imperceptibles la mayor parte del tiempo”, exclamando que no debe haber miedo.
“No debemos tener miedo, no debemos ser prisioneros de lo que nuestros ojos muestran, o nuestros oídos sienten, o nuestra inteligencia comprende. Hacerlo es ser rehenes, permanecer enterrados en las tinieblas de la muerte… Es necesario, es urgente, conectarnos con la fuente de la vida y lo que ella nos enseña y transmite que es hermoso”, dijo.
Para los religiosos, sólo la fe en la resurrección “contempla manantiales de vida nueva, donde los ojos sólo ven desgracias y soledades”.
Rui Valério evocó la resurrección de Cristo, señalando que “ofrece a cada hombre y a cada mujer la posibilidad de renacer”, además de “implantar la vida eterna en la existencia misma de la humanidad” y “de iluminar el mundo con la luz de la esperanza”. , para construir caminos y vínculos de paz entre las naciones”.
“Es también la resurrección, y sólo ella, la que, por su propio carácter renovador, comunica la fuerza indispensable para reconstruir vidas y existencias; historias y viajes de un mundo nuevo, donde todo se vive en común y el horizonte es la eternidad del amor, porque la fuente está en la novedad de la Pascua”, añadió.