El "lugar" del PSD que sirve a su presidente
El PSD cambió formalmente de liderazgo el 16 de febrero de 2018. Salió un líder, entró un presidente.
Desde el primer momento, el presidente del PSD optó por una postura de confrontación. Lo que sería positivo si el foco fuera el Gobierno y no el partido que lo eligió como presidente. Pero, pasados 7 meses de la presidencia en vigencia, logramos percibir el por qué del espíritu, asumido en la primera persona, confrontacional. Este presidente necesita la confrontación interna porque nada tiene que presentar al país que lo diferencie del actual Gobierno.
Pero la historia del presidente del PSD no comenzó con su toma de postura. Como lo afirma diariamente, "él anda aquí hace muchos años." Lo que no deja de ser frustrante. Es que, además de andar aquí hace muchos años, hace muchos años que él ambicionaba el lugar que hoy ocupa.
Pero, ¿cómo una persona que se preparó durante años para estar donde está hoy llega aquí con una mano llena de nada? ¡Y tiene el tope de acusar y amenazar públicamente a quien lo critica!
Con estos años todos "por aquí" el presidente del PSD tenía obligación política, moral, ética, institucional y patriótica de afirmar un proyecto diferenciador y movilizador para el país.
Es que, al contrario de lo que afirmó en su discurso del "puntalinho", no basta el partido querer ganar las elecciones. Es necesario que su presidente también quiera …
En 7 meses de presidencia del PSD el único acto marcante logrado hasta el momento fue el surgimiento del nuevo partido de Santana Lopes.
Sí, el actual presidente del PSD es el gran promotor del partido Alianza.
Y es aquí donde podemos empezar a hablar de los "locos."
Si hay alguien obsesionado con su lugar es el presidente del PSD. Cueste lo que cueste. Ni que, para ello, tenga que destruir la "marca" PSD.
Por otra parte, esta preocupación con su "lugar" fue asumida por el propio en pleno Congreso: la prioridad del PSD son las autárquicas de 2021 (cuando su mandato termina a principios de 2020 …). Y, más recientemente, reforzó esa obsesión por el lugar, cuando afirmó que los críticos "pueden esperar sentados".
Esta idea, "de aquí no salgo de aquí nadie me quita", es sostenida en el populismo y en la demagogia del presidente del PSD cuando alimenta la narrativa antipartitos y antipolíticos.
Después de 4 años y medio en que fue posible retirar al País de la bancarrota en que el PS lo colocó, ésta era la hora de reafirmar la esencia democrática de los valores partidistas, hasta como factor diferenciador de otros Países. Lo que hasta ocho meses fue la mayor parte portuguesa es ahora el patrocinador de la destrucción de las partes. Además de estar enviando el PSD a un "lugar" irrelevante, el presidente del partido es el gran promotor de la destrucción del sistema partidista en el centro derecho.
La adaptación partidista al nuevo modelo social es una urgencia, es cierto, pero la adaptación y la evolución no significan cabalgar la ola populista y demagógica según la cual todos los partidos son iguales y todos los políticos son unos trastes. El presidente del PSD, que eligió criticar a su propio partido en los momentos más difíciles y agregar los caciques, que él tanto critica, para llegar a la presidencia del PSD, es porque es alguien a quien no sirve el hecho moral.
Rui Río, tal vez, invertir un poco su posicionamiento. Es posible, atacar al Gobierno, pero siempre en busca de su nuevo Pinto da Costa. Es más fuerte que él. Siempre que pueda provocar la ira en la estructura del PSD a la espera de que alguien venga a público para que pueda estar en confrontación.
Esta es su esencia: no está interesado en sumar, en agregar. Por su "lugar" sólo quiere un rostro que lo afronte.
Estoy convencido de que hay que hacer diferente. Los temores, los cálculos no son de este tiempo. La narrativa del presidente del PSD está preparada para quien asuma la confrontación. Pero es una narrativa agotada y superada, como son, por lo demás, su imagen y contenido.
António Valle es Consultor de Comunicación