El extinto tigre de Tasmania podría “renacer” gracias a la ciencia y la tecnología
Los avances en ciencia y tecnología, combinados con el trabajo fundamental de conservación de la naturaleza, podrían desempeñar un papel clave en la prevención de la extinción de especies en peligro de extinción y existe evidencia en la naturaleza de su efectividad. Tenemos en Portugal el conocido caso del lince ibérico que, a pesar de los desafíos, ve crecer su población cada año.
Pero cuando hablamos de animales ya extintos? Un ambicioso proyecto quiere traer de vuelta al mundo al tigre de Tasmania, extinto desde 1936.
Fue en 1936, en el zoológico de Hobart en Tasmania, que murió el último tigre de Tasmania. El animal habría vivido hace unos 2.000 años en todo el planeta, sin embargo, su colonia se limitó a la isla de Tasmania, cerca de Australia, donde este carnívoro jugó un papel fundamental en el ecosistema. Sin embargo, el peligro para los humanos hizo que se extinguiera, junto con tantos otros en todo el mundo.
Ciencia y Tecnología quieren revivir al extinto Tigre de Tasmania
Con todo el avance de la ciencia y la tecnología, ahora está en marcha un ambicioso proyecto que pretende utilizar los datos genéticos de este marsupial para recrear la especie.
Según el equipo que lidera el proyecto en la Universidad de Melbourne, la idea es utilizar el ADN del animal genéticamente más cercano al tigre de Tasmania, para realizar una modificación genética de sus células, con el fin de llegar al más cercano al tigre en Tasmania.
El animal elegido es el dunnart de cola gruesa, un pequeño marsupial carnívoro, originario de Australia, que puede alcanzar los 9 centímetros de longitud.
A través de toda la tecnología desarrollada, será posible modificar una celda del pequeño dunnart, hasta llegar a algo idéntico al Tasmanian Tiger. Después de eso, según Andrew Pask, líder del proyecto, se podrá proceder a la reproducción múltiple de una misma célula, alcanzando finalmente una potencial reaparición de la especie.
Nuestro objetivo final con esta tecnología es devolver esta especie a la naturaleza, donde ha asumido un papel absolutamente fundamental en el ecosistema.
Aunque los dunnarts son mucho más pequeños que los tigres de Tasmania que alguna vez existieron, Andrew Pask reitera que los marsupiales dan a luz a bebés muy pequeños (a veces del tamaño de un grano de arroz). Un factor que se cree que lleva a que un animal tan pequeño sea capaz de generar un animal que, cuando crezca, será significativamente más grande que el propio progenitor.
El último tigre de Tasmania registrado murió en 1936, extinguiendo la especie. Sin embargo, a lo largo de la historia, existen muchos reportes de avistamientos del animal en su hábitat natural, sin embargo, no existe evidencia concreta sobre tales avistamientos.