El estreno de tres episodios de Pam & Tommy equilibra la sensibilidad y la sordidez
El episodio uno de «Pam & Tommy» casi se siente como un desvío, un acto de apertura decente para la atracción principal del episodio dos. «I Love You, Tommy» nos lleva a través del vertiginoso y ridículo noviazgo que condujo al matrimonio de Pam y Tommy, y el video que resultó de ello. El episodio también nos da una mejor mirada a los dos protagonistas súper comprometidos del programa, quienes elevan la serie de lo que podría haber sido un recuento de mala calidad a algo más cercano a una historia de amor genuina.
El episodio comienza con Pamela, y las tarjetas de título nos informan que estará comprometida con Tommy dentro de dos meses. Ahora mismo, sin embargo, está en un club con amigos, renunciando por completo a los chicos malos. Ella no actúa. Tommy está solo a una sección VIP de la suya, besándose ferozmente con su cita.
El ímpetu de su presentación inicial es tan increíble como la pareja misma; cuando Pamela compra una ronda para todos en el bar, Tommy parece pensar que ella siente que él es especial. Se cuela en la cabina de las mujeres y, no bromeo, lame la cara de Pamela. Hay un calor inmediato entre los dos, por lo que este no es el momento más extraño para que una persona lama la cara de otra, pero sigue siendo el primer indicio de la serie sobre cuán inesperada será esta relación. Pamela, pensando rápido, lo convierte en un juego en el que cada persona le lame la cara a la persona que tiene al lado. ¡Seguro!
Esta escena es un gran barómetro para «Pam & Tommy» como un todo. La serie nunca cuestiona la inteligencia de Pamela, sino que la retrata como una mujer inteligente y dulce con una veta romántica y una apariencia que la hace fácil de subestimar. El programa crea una versión del amor del dúo que es tonta y dramática pero arraigada en una química real y palpable que se convierte en un profundo cariño. Sin embargo, al principio, son solo dos seres salvajes decididos a demostrarse mutuamente que están dispuestos a todo. «Soy griego», dice Tommy, después de romper un vaso en el suelo. «Soy Pam», responde Pamela sin expresión. Ahora que es un lindo encuentro.