El dictador Daniel Ortega gana las elecciones de fachada en Nicaragua
El dictador nicaragüense, Daniel Ortega, de 75 años, ganó las elecciones presidenciales de frente organizadas este domingo (7), en las que se postuló por cuarto mandato consecutivo. Según los resultados oficiales, publicados a las 3:00 am hora local (6:00 am en Brasilia), el exlíder sandinista obtuvo el 75% de los votos.
«No podemos olvidar quiénes son los que provocan el terror y quiénes son los que promueven la paz», dijo Ortega mientras votaba en la capital, Managua, el domingo por la tarde. «Votar no mata a nadie, no hace daño a nadie. No escuches a los que conspiran, a los que siembran la muerte y el odio. Son demonios que no quieren la paz ni la tranquilidad para nuestro país».
Ortega votó junto a su esposa, Rosario Murillo, de 70 años, quien ocupa formalmente el cargo de vicepresidente y se ha convertido en el rostro y la voz del régimen. La lista de los dos compitió por el puesto contra otros cinco candidatos, todos parte del teatro de la elección del frente, ya que son aliados del gobierno. Durante los últimos seis meses, el régimen ha puesto a otros siete candidatos de la oposición tras las rejas, acusados de lavado de dinero y traición.
Entre ellos se encuentran Cristiana Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Chamorro, quien derrotó a Ortega en 1990; Miguel Mora, fundador de 100% Notícias, expropiado por el régimen; y el ex embajador Arturo Cruz. Otros 32 políticos de la oposición política y más de 100 sindicalistas, periodistas y activistas de derechos humanos también se encuentran en prisión.
La represión contra los críticos de Ortega, en el poder ininterrumpido desde 2007, se intensificó en 2018, cuando más de 300 manifestantes murieron en enfrentamientos con fuerzas de seguridad y grupos paramilitares alineados con el dictador. Aunque el régimen llegó a un acuerdo con la oposición al año siguiente, prometiendo elecciones libres, este no se cumplió.
Ortega hoy domina, además del Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Además de él, la elección de este domingo nombró a 90 miembros de la Asamblea Nacional.
Según el diario La Prensa, hubo detenciones en la madrugada del domingo por algunos miembros de los partidos de oposición Aliança Cidadã y Coalition Internacional.
La elección no contó con observadores internacionales, quienes, a juicio de la justicia local, alineados con el régimen, pudieron intervenir en el proceso. Pocos periodistas extranjeros pudieron ingresar al país, y medios locales independientes como el sitio web El Confidencial, que tiene prohibido operar en los últimos meses, informaron sobre la elección desde Costa Rica.
Más tarde, el domingo por la noche, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó las elecciones de Managua como una farsa y dijo que su gobierno y la comunidad internacional deben usar «herramientas diplomáticas y económicas» para ayudar a los nicaragüenses y responsabilizar a Ortega y Murillo.
Al asumir el cargo, Biden mantuvo las sanciones impuestas por su predecesor, Donald Trump, que incluyen multas y prohibición de entrada al país de altos funcionarios del régimen y familiares del dictador.
Con 6,6 millones de habitantes, Nicaragua es uno de los países más pobres de América Latina y lleva tres años enfrentando una recesión, agravada por la pandemia. Según el Banco Mundial, es probable que el país sufra la tercera peor contracción económica del hemisferio occidental en 2021, solo detrás de Haití y Venezuela. En 2020, el PIB se contrajo un 8,8% y, para este año, se proyecta una cifra negativa de dos dígitos.
La escalada autoritaria y la crisis han dado lugar a la inmigración, tanto legal como ilegal. Los destinos preferidos son la vecina Costa Rica, donde se encuentran la mayoría de los perseguidos políticamente, y Estados Unidos, que recibió a más de 50.000 nicaragüenses solo este año, según Reuters. En San José, la capital costarricense, Ciudad de Guatemala y Miami, se registraron protestas este domingo por parte de exiliados y opositores a la dictadura.
Antes de asumir el poder en 2007, Ortega participó en la primera junta que gobernó Nicaragua tras la caída del último miembro de la dinastía Somoza, el dictador Anastasio Somoza, en 1979. Estuvo acompañado por el actual escritor Sergio Ramírez, el empresario Luis Alfonso Robelo Callejas, Violeta Chamorro y Moisés Hassan Morales, entre otros.
En 1984 se convocaron elecciones generales y Ortega ganó con el 63% de los votos. En las siguientes elecciones fue derrotado por Violeta Chamorro y, en 2007, regresó a la presidencia, con la preferencia del 38% de los votantes (en Nicaragua no hay segunda vuelta). En las siguientes elecciones ganó con 62% (2011) y 72% (2016).
Los opositores exiliados organizaron una campaña en las redes sociales instando a la población a no salir a votar. «Una gran abstención es todo lo que podemos hacer ahora. Mostrar al régimen que lo rechazamos a él ya la comunidad internacional que necesitamos ayuda», dijo Ivania Álvarez de la Alianza Nacional en San José.