el ascensor social





La oportunidad de reanudar el crecimiento económico de la única manera posible, apoyando empresas económicamente viables y apoyando cum grano salis empresas en una situación financiera difícil, pero que, tras su reestructuración (“dar la vuelta”), resultan viables, están en la elección que cada uno de nosotros hará en las próximas elecciones.





El modelo socialista está agotado. El crecimiento desproporcionado del gasto público, que no genera riqueza, el aumento de servidores públicos sin criterios racionales (o el NHS no estaría sin médicos, enfermeras y asistentes o falta de maestros en las escuelas públicas), nepotismo y corrupción, nacionalizaciones desastrosas, et verter la causa, el aumento de impuestos necesario para financiar todo esto, llevó al fracaso de este sistema.

Solo a través del crecimiento del PIB es posible redistribuir los ingresos, a través del mecanismo de impuestos, tasas y gravámenes. Son las empresas las que crean riqueza, emplean personas y aportan prosperidad a las familias.

Reducir la carga tributaria, eliminar las trabas burocráticas, liberalizar la economía, reducir el rol del Estado a sus principales funciones: salud, justicia, educación y seguridad y regular otros sectores sin que dicha regulación se torne opresiva para los agentes económicos, debe ser la agenda de los principales partidos políticos.

E incluso en salud y educación, el ciudadano debe elegir el sector, público o privado, para brindar estos servicios, gozando del principio material de la igualdad de trato. El Estado que ahorraría en las elecciones que tomarían estos usuarios emitiría un “bono” (tan de moda en estos días) para aquellos que usarían, por elección propia, los sectores privados. Esa es la única forma de permitir el ascensor o la movilidad social de la que todo el mundo habla, pero nadie garantiza.

El único ascensor social hoy en día consiste en ingresar al servicio civil, con absoluta seguridad laboral, menos horas de trabajo, más beneficios y menos incentivo a la productividad. Por supuesto, este ascensor social es ese viejo y lento ascensor con puertas de hierro que solía caracterizar los edificios antiguos de la ciudad.

La apuesta por la reindustrialización, dejando que el emprendedor elija el sector en el que quiere invertir, la apuesta por el emprendimiento, la atracción y retención del talento, a través de la fiscalidad y el trato a todos por igual, la reincorporación del visa dorada, el mantenimiento del régimen de residente no habitual y, lo más importante, la reducción de las distorsiones en el tratamiento fiscal de los talentos que trabajan y residen aquí. ¿Qué sentido tiene que un médico pague la mitad de sus ingresos laborales y un extranjero solo pague el 20%?





Por eso ya he defendido dos o tres niveles del IRS, para asegurar la progresividad, con un máximo del 25% de la tasa del IRS (avanzando progresivamente hacia la tasa única del 15%). La reducción del impuesto sobre la renta de las sociedades es aún más urgente, ya que permite una verdadera recapitalización de las empresas.

Ahora, por supuesto, es necesario adelgazar el Estado. Terminando las distintas fundaciones, agencias, asociaciones, oficinas conmemorativas, como fue el caso del 50 aniversario del 25 de abril, con los diversos ajustes directos que resultan absolutamente inútiles. Poner fin al nepotismo y trabajos para los chicos, acabar con la nacionalización de empresas como TAP o Efacec y despedir a todos los que no hacen nada en el Estado y en las distintas empresas del sector público.

Sé que lo que defiendo es políticamente incorrecto, que casi la mitad de la población trabajadora depende de su trabajo en la Función Pública, que hay sectores como la educación, la salud, la justicia o la seguridad que son absolutamente indispensables para la mayoría de la población, pero también sé que hay mucho despilfarro, excedente de funcionarios en varios servicios y déficit en otros.

Estamos destinando recursos financieros públicos al gasto público corriente a expensas del apoyo a la inversión productiva.

Como dijo recientemente António Horta Osório: “Si tenemos una deuda del 130%, si tarde o temprano los tipos de interés suben al 2%, el coste de la deuda pública portuguesa aumentará un 2%, es decir, un 2,5% del PIB, son alrededor de cinco mil millones de euros ”.

Es esta reforma del Estado la que debe llevarse a cabo lo antes posible. ¡Posponer es romper el llamado ascensor social que todos quieren!

El autor escribe según la ortografía antigua.

Ana Gomez

Ana Gómez. Nació en Asturias pero vive en Madrid desde hace ya varios años. Me gusta de todo lo relacionado con los negocios, la empresa y los especialmente los deportes, estando especializada en deporte femenino y polideportivo. También me considero una Geek, amante de la tecnología los gadgets. Ana es la reportera encargada de cubrir competiciones deportivas de distinta naturaleza puesto que se trata de una editora con gran experiencia tanto en medios deportivos como en diarios generalistas online. Mi Perfil en Facebookhttps://www.facebook.com/ana.gomez.029   Email de contacto: ana.gomez@noticiasrtv.com

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