El alcohol engorda, y no solo porque sea calórico. ¿Como evitar?





Puede que ya sepas que el alcohol es calórico. Para tener una idea, un gramo de carbohidratos proporciona 4 calorías (kcal); lo mismo ocurre con las proteínas. La grasa, a su vez, concentra 9 calorías por gramo. En la misma cantidad, el alcohol tiene 7 calorías. Es decir, es más energético que los carbohidratos y las proteínas, solo superado por las grasas.





Pero la relación entre las bebidas y el crecimiento del vientre no se limita a esta simple matemática. A menudo escucho a mis amigos decir que, para no aumentar de peso, se apegan a los alimentos con carbohidratos cuando abusan del alcohol. ¡Simplemente no tiene sentido!

El procesamiento del alcohol por el cuerpo es altamente competitivo con el de los carbohidratos. Esto significa que cuando bebemos, reducimos la capacidad de transportar glucosa al cuerpo. El hígado procesa el 90% del alcohol utilizando las mismas sustancias que sirven para producir glucosa.

Así, si la ingesta de bebidas alcohólicas es elevada, el carbohidrato no se utiliza adecuadamente y la concentración de glucosa en sangre desciende. Resultado: hipoglucemia. Como el cerebro «prefiere» utilizar este nutriente como fuente de energía, surge la confusión mental o incluso la pérdida del conocimiento. Tanto es así que, en el caso de un coma alcohólico, el procedimiento consiste en inyectar glucosa en la vena, precisamente para contener esta consecuencia.

Digo todo esto para reforzar la importancia de no renunciar a los carbohidratos en estos momentos. Puede ayudar a mantener el cuerpo encendido, y sus «calorías compiten con el alcohol» (las calorías de los carbohidratos son más difíciles de convertir en grasa que el alcohol).

Otro punto: el alcohol favorece la síntesis de grasas en el hígado y tiene una gran influencia en los mecanismos de control de la ingesta de alimentos. ¡Sí, promueve el hambre! Recuerdo que los mayores decían que la cerveza, la cachaça y similares estimulaban el apetito. Lo que hoy era una observación empírica ha sido corroborado por el conocimiento científico.

Entonces, si quieres reducir algunos alimentos en situaciones de alto consumo de alcohol, céntrate en los ricos en lípidos (grasas, como dicen allí). Son patatas fritas, quesos, carnes etc. Estos favorecerán, junto con el alcohol, la deposición de grasa por parte del organismo, lo que acaba en más neumáticos aquí y allá.





La ciencia incluso ha revelado un fenómeno curioso y contundente al respecto. Cuando bebemos alcohol, reducimos la oxidación de grasas. Es decir, disminuye la capacidad de quemar grasa corporal. Para empeorar las cosas, esta oxidación da como resultado una reducción de las señales de saciedad, lo que también fomenta un mayor consumo de alimentos.

Por supuesto, al final del día, lo mejor que se puede hacer es no abusar del alcohol, porque la salud va mucho más allá de perder peso. Pero recuerde: cuando beba, no prive a su cuerpo de alimentos que contengan carbohidratos y preste más atención a los que tienen un alto contenido de grasas.

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Ana Gomez

Ana Gómez. Nació en Asturias pero vive en Madrid desde hace ya varios años. Me gusta de todo lo relacionado con los negocios, la empresa y los especialmente los deportes, estando especializada en deporte femenino y polideportivo. También me considero una Geek, amante de la tecnología los gadgets. Ana es la reportera encargada de cubrir competiciones deportivas de distinta naturaleza puesto que se trata de una editora con gran experiencia tanto en medios deportivos como en diarios generalistas online. Mi Perfil en Facebookhttps://www.facebook.com/ana.gomez.029   Email de contacto: ana.gomez@noticiasrtv.com

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