Economía Política de ilusiones





A raíz de las últimas elecciones al Parlamento Europeo y del crecimiento del apoyo a las fuerzas políticas "verdes" en varios países, se ha defendido la necesidad de las fuerzas políticas dominantes en las últimas décadas adoptar un discurso y presentar propuestas "verdes".





Algunas ya coincidieron (incluso antes de las elecciones) y otras dan señales asumiendo esa necesidad y posicionándose como potenciales promotoras de una agenda "verde". Si no es más una maniobra de retórica sin verdadera voluntad política, es importante preguntarse si hay conciencia de lo que significa frente a los desafíos actuales, pensar y actuar "verde"?

Son cada vez más las voces en varias áreas de la actividad e intervención social que resaltan la necesidad de cambios profundos y sistémicos para enfrentar la crisis ecológica y social global. Los dirigentes y los partidos políticos corriente principal dispuestos a cuestionar su historial ya cambiar su teoría y práctica política?

A continuación voy a presentar algunos temas de debate y defender que la economía política capitalista y la mentalidad dominante están llenas de ilusiones y que por lo tanto sólo un cuestionamiento de sus fundamentos podrá presentarnos vías positivas de resolución de la crisis global.

La primera ilusión es creer que el Producto Interior Bruto (PIB) y su crecimiento son la solución a los problemas (deuda, desempleo, desigualdades, problemas ecológicos, etc.) de una sociedad y que el PIB a crecer es sinónimo de más riqueza y el bienestar.

El PIB mide los bienes y servicios, que tienen valor monetario, producidos por una determinada economía. Aunque elevado a un nivel casi religioso es un indicador que tiene varias limitaciones, ya que no tiene en cuenta: 1) la distribución social del rendimiento global que se mide; 2) las actividades que ocurren fuera del mercado, como servicios voluntarios, trabajo doméstico, cuidado de niños y ancianos, etc .; 3) la presencia de externalidades negativas, como las ambientales; 4) la calidad de los bienes y servicios comercializados; 5) las transacciones comerciales clandestinas que no pasan por el mercado oficial.

El crecimiento del PIB incluye beneficios y pérdidas sociales, económicas y medioambientales. La degradación ecológica, el gasto militar y las guerras, las enfermedades y los medicamentos generan "riqueza". ¿Significará que una determinada sociedad o el mundo están mejorando o que tienen mejores perspectivas de futuro?





Varios autores han defendido que a partir de un cierto nivel de crecimiento el PIB deja de aumentar el bienestar, ya que los daños aumentan más rápido que los beneficios. Con la presión permanente para el crecimiento económico, se genera una dinámica de mercantilización, de inclusión de todo en el mercado, en un esfuerzo permanente de compra y venta.

La mercantilización sirve sobre todo la acumulación de capital y su lógica de poder. No es de extrañar que la economía de mercado se esté transformando cada vez más en una sociedad y naturaleza de mercado. Y si este proceso no se bloquea o se regula políticamente, continuará hasta que no quede nada fuera de las relaciones de mercado. ¿Tendremos que pagar para respirar? ¿Tendremos que cobrar y pagar por todas las relaciones que tenemos unos con otros?

Asociada a esta ilusión es importante resaltar otras dos ilusiones del actual paradigma de "desarrollo": la ilusión de que es posible crecer infinitamente en un planeta finito y la ilusión de las soluciones tecnológicas. Como ha dicho Kenneth Boulding: "alguien que crea que el crecimiento exponencial puede continuar infinitamente en un mundo finito o es loco o es economista". Basta un breve ejercicio de pensamiento para dudar de la posibilidad y temer las consecuencias del crecimiento económico sin fin.

Hay expertos que apuntan como solución a la disociación del crecimiento económico de los daños ecológicos (aumentando la eficiencia). Pero hay que distinguir entre disociación relativa y disociación absoluta.

La disociación relativa se refiere a una disminución de la intensidad del medio ambiente por unidad de producción económica. Esto significa que los impactos en los recursos y el ambiente sólo crecen más lentamente que el PIB. La disociación absoluta ocurre cuando la intensidad ambiental disminuye en términos absolutos, al mismo tiempo que el PIB aumenta. La disociación absoluta es esencial para que la actividad económica entre dentro de los límites ecológicos. Al analizar algunos datos (por ejemplo, https://yearbook.enerdata.net) verificamos que la intensidad energética y la intensidad carbónica han disminuido a nivel global en las últimas décadas (con realizaciones significativamente diferentes en las distintas regiones del mundo).

Pero si hay una disociación relativa en algunos indicadores, no se realizó una disociación absoluta. Las emisiones de gases de efecto invernadero continúan aumentando a escala mundial y las intensidades en el uso de una variedad de recursos globales (están en la dirección equivocada) han aumentado significativamente. La generación de residuos y la desaparición de especies siguen aumentando.

¿Cuánta disociación es tecnológicamente y económicamente viable? Si las economías en crecimiento tienden a ser más eficientes, la historia económica muestra también que los aumentos de eficiencia energética han llevado siempre a aumentos de consumo de energía y no a reducciones, un fenómeno designado como Paradoja de Jevons.

Según la ecuación presentada hace varias décadas por Paul Ehrlich y John Holdren, el impacto (I) de la actividad humana es el producto de tres factores: el tamaño de la población (P), su nivel de afluencia (A) expresado en rendimiento per / y un factor de tecnología (T). Mientras el factor T está bajando tendremos una disociación relativa. Pero la disociación absoluta sólo puede ocurrir si T disminuye lo suficientemente rápido para compensar el ritmo de aumento de la población (P) y del rendimiento (A).

Si hacemos las cuentas, con una población cada vez mayor (ver las estimaciones de las Naciones Unidas para la población global en 2050) y un ingreso medio creciente, para alcanzar las reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero definidas en acuerdos internacionales y otras reducciones, necesarias verdaderas maravillas en la eficiencia de las economías.

La crisis social y ecológica global se agrava. Las ilusiones e intereses poderosos nos impiden actuar colectivamente de forma determinada a tiempo para evitar consecuencias dramáticas e incluso el colapso civilizacional. Como subraya el eslogan utilizado en manifestaciones por todo el mundo "cambiar el sistema, no el clima." Estoy convencido que sólo una transición ecosocialista podrá ofrecer perspectivas de regeneración y florecimiento para la humanidad y los ecosistemas. Reformando ligeramente una antigua expresión que será cada vez más actual "Ecossocialismo o barbarie".

Ana Gomez

Ana Gómez. Nació en Asturias pero vive en Madrid desde hace ya varios años. Me gusta de todo lo relacionado con los negocios, la empresa y los especialmente los deportes, estando especializada en deporte femenino y polideportivo. También me considero una Geek, amante de la tecnología los gadgets. Ana es la reportera encargada de cubrir competiciones deportivas de distinta naturaleza puesto que se trata de una editora con gran experiencia tanto en medios deportivos como en diarios generalistas online. Mi Perfil en Facebookhttps://www.facebook.com/ana.gomez.029   Email de contacto: ana.gomez@noticiasrtv.com

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