Economía mexicana comienza a acercarse al abismo
La economía mexicana, la segunda más grande de América Latina, por debajo de la economía brasileña, está comenzando a acercarse al abismo en el primer aniversario del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Las razones para celebrar son realmente pocas, económicamente.
El país se encuentra en medio de un entorno internacional complejo y desfavorable y, internamente, el crecimiento económico está lejos del 4% anual prometido por el entonces candidato del Movimiento Nacional de Regeneración (MORENA) en caso de victoria.
Combinado con esto, todavía hay muchas preguntas sobre la situación y el futuro de Pemex, una compañía petrolera paraestatal, y sobre el nuevo tratado de libre comercio de América del Norte, TMEC.
Un balde de agua fría cayó sobre el gobierno federal mexicano, confirmando los peores presagios. La economía del país confirmó lo que mucha gente ya sabía, y que la Cuarta Transformación negó: su caída en recesión.
Las cifras oficiales revisadas señalaron que el Producto Interno Bruto (PIB) había caído un 0.1% en la primera mitad del año, y que esta caída se había sumado a una contracción ya registrada en el último trimestre de 2018.
Acompañando a los periódicos especializados, muchos comentaristas y expertos han entablado una discusión sobre la definición correcta de una recesión. Aun así, para los agentes económicos, el "cambio de etiqueta" en realidad coloca al país en otro nivel.
La disminución de la actividad económica se puede atribuir en gran medida a una reducción de la inversión como resultado del pesimismo de los empresarios. La recesión que enfrenta México ahora no es más que una profecía autocumplida en un año caracterizado por la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, aunque su construcción ya está en una etapa avanzada; insistiendo en gastar $ 58 mil millones para construir una refinería; y para un presupuesto 2020 que está muy lejos de la gran retórica de campaña de López Obrador: fondos limitados para Pemex, a pesar del aumento recibido, sumas relativamente modestas para gastos sociales prioritarios y algo de dinero para asistencia social.
"El camino es visible", dijo López Obrador al comienzo de su discurso del 1 de diciembre para conmemorar su primer año en el cargo. Durante el discurso, el presidente destacó el progreso en términos de aprobación de leyes, la situación fiscal a través de medidas republicanas de austeridad y la implementación de programas sociales.
Ante este escenario, y con el desgaste que López Obrador ya ha acumulado este año, el presidente y su equipo económico están apostando a que el Plan Nacional de Infraestructura, la ratificación del nuevo tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, y Pemex, prácticamente revitalizado, impulsará el crecimiento económico el próximo año y más allá.
La mala noticia es, y esta es la historia de México, por lo que López Obrador está obsesionado, confirma, que la economía de México continuará decepcionando, como lo ha estado haciendo durante los últimos 30 años.
La ventana de oportunidad para restaurar la confianza en México se está cerrando. Un reflejo de esto es que las agencias internacionales de calificación crediticia están considerando rebajar los títulos de deuda de Pemex, cuya deuda total es de aproximadamente $ 104 mil millones, a la categoría de bonos basura, que tendrían a tener impacto negativo en la calificación de los títulos de deuda nacionales mexicanos y debilitar aún más la inversión.
El estancamiento de la economía amenazada, por otra parte, podría derribar el presupuesto del próximo año y golpear la ambiciosa agenda social que el presidente López Obrador repite hasta que esté cansado de ser "primero el pobre", y si ese no fuera el caso. Es absurdo pensar que algunos sectores populares pueden comenzar a perder la confianza en la Cuarta Transformación, y que tanto los mercados como las personas obligan a López Obrador a planificar una quinta transformación para el país.
Ricardo Aceves Es un economista mexicano con un posgrado en economía y negocios internacionales de la Facultad de Economía Hochschule Schmalkalden en Alemania. Actualmente es analista de inversiones sostenibles y de mercado en Dow Jones.
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Traducción de Paulo Migliacci
