Descubra por qué las monarquías persisten como sistema político y ejercen fascinación





Las monarquías que aún hoy se mantienen vigorosas son aquellas que lograron descentralizar el poder de alguna manera o, por el contrario, mantener el control de la población a través de regímenes dictatoriales. Según analistas entrevistados por el Sábanaestos son algunos de los factores que hacen que este sistema político, aparentemente anacrónico, perdure en el siglo XXI.





Doctor en relaciones internacionales por la Universidad de Oxford, el profesor de la Faap Vinicius Vieira dice que la existencia de monarquías se debe a la ausencia de una mejor opción en países que no han pasado por revoluciones republicanas. «En el caso del Reino Unido, siempre se ha visto como un símbolo de estabilidad. Lo mismo en los países nórdicos».

Según Vieira, la monarquía británica abrió espacio para cierta participación externa desde el siglo XIII, con la Carta Magna, que impedía el ejercicio absoluto del poder. “Esta adaptación a los nuevos tiempos es fundamental para que una institución tan antigua sepa renovarse, compartiendo el poder con actores que iban surgiendo”, explica.

Otro punto importante es la ausencia de grandes fracasos en las guerras, lo que no suele ser perdonado por la gente. Alemania e Italia, en el siglo XX, son ejemplos de realeza cuyo poder fue disputado tras sucumbir, recuerda Vieira.

La reinvención pasa también por acciones solidarias. «¿Qué pueden hacer las personas apoyadas por el estado para no ser vistas como inútiles? Ayudar a las organizaciones benéficas fue la forma en que los británicos lo encontraron, es un modelo seguido por las monarquías que tienen ese carácter que raya en la celebridad».

El politólogo y profesor de la FGV-EAESP, Guilherme Casarões dice que el sistema político tiene un componente anacrónico, las monarquías que hoy conocemos son producto de la Edad Media. Para él, los avances en la sociedad rompían con la idea de un monarca autorizado por Dios, el derecho divino de los reyes. “Empiezas a tener una democracia organizada en torno al proceso electoral”, dice.

Según Casarões, la supervivencia de las monarquías parlamentarias y democráticas, como es el caso del Reino Unido, Japón y varios países europeos como Bélgica, está ligada a un componente de tradición y sentido de continuidad de la nación.





“El monarca encarna el espíritu nacional. En la práctica, la política del día a día está a cargo del primer ministro, del gabinete”, dice. “El sistema solo puede sostenerse en un contexto democrático porque el poder efectivo del jefe de Estado es muy pequeño, mucho más simbólico que concreto”.

Para Casarões, toda monarquía se estableció en algún momento del pasado —quizás en un período muy lejano— a través de alguna lógica dictatorial o teocrática. Hoy, sin embargo, en muchos países los monarcas «reinan, pero no gobiernan».

Vieira dice que las monarquías no constitucionales se sostienen en un contexto de hambruna entre la población. Cita como ejemplo el reino africano de Eswatini. “Tienen mucha fuerza frente a una población empobrecida y una economía poco diversificada”.

En los países del Golfo Pérsico, sin embargo, el analista ve otro tipo de movimiento de la realeza local para mantenerse en el poder. «Se han mantenido autoritarios en la pobreza y logran ser autoritarios en la riqueza, sin distribuir la riqueza, llamando a trabajadores extranjeros calificados [que ocupam vagas de trabalho]. Es el modelo de desarrollo de Qatar y los Emiratos Árabes Unidos».

Las monarquías también ejercen cierta fascinación, aún hoy, «Esto tiene que ver con cierto fetiche por el poder, por la riqueza, esa idea de una clase diferenciada», dice Casarões, destacando la cobertura periodística sobre el tema. “En el caso del Reino Unido, se trata al monarca con una mezcla de reverencia y curiosidad, lo que le da un valor simbólico y al mismo tiempo quiere humanizar a la persona”.

Para Vieira, la realeza es fascinante porque transmite un aire de estabilidad en un mundo donde hay pocas anclas. “Hay un aire de desapego, de perfección. Un modelo a imitar, algo que no está en nuestro mundo”, dice. «La monarquía juega este papel simbólico durante las crisis. Sin una reina como Isabel, quizás el Reino Unido habría sucumbido más drásticamente a tiempos como el Brexit y la desaparición de su imperio colonial».

Nacho Vega

Nacho Vega. Nací en Cuba pero resido en España desde muy pequeñito. Tras cursar estudios de Historia en la Universidad Complutense de Madrid, muy pronto me interesé por el periodismo y la información digital, campos a los que me he dedicado íntegramente durante los últimos 7 años. Encargado de información política y de sociedad. Colaborador habitual en cobertura de noticias internacionales y de sucesos de actualidad. Soy un apasionado incansable de la naturaleza y la cultura. Perfil en Facebookhttps://www.facebook.com/nacho.vega.nacho Email de contacto: nacho.vega@noticiasrtv.com

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