Depresión adolescente: ¿cómo percibir y afrontar?
La depresión no suele verse como un problema para los jóvenes, pero es en la transición entre la adolescencia y la edad adulta donde suele aparecer. En el V Congreso Internacional de Salud Infantil de Sabará, el psiquiatra Christian Kieling, profesor de medicina de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS), trajo las últimas investigaciones sobre depresión y suicidio en la adolescencia.
El problema merece una atención especial por parte de padres, médicos y psicólogos. En todo el mundo, alrededor de 800 000 personas mueren por suicidio cada año y el 90% de los casos se deben a trastornos mentales diagnosticables, como la depresión. Entre los jóvenes brasileños, es la tercera causa más frecuente de muerte, detrás de la violencia interpersonal (definición que incluye asesinato, agresión, bullying, entre otros tipos de abuso) y accidentes. “Además de la mortalidad, también debemos pensar en la morbilidad: el impacto en la calidad de vida”, explica Kieling. Incluso en los casos en que un trastorno mental no conduce al suicidio, el peso que tiene en el desarrollo de un joven es significativo.
Sin embargo, determinar un cuadro de depresión no es una ciencia exacta. «Lamentablemente, ningún factor de riesgo predecirá quién intentará o no suicidarse», lamenta el psiquiatra. Pero algunos signos indican la necesidad de una evaluación adicional por parte de un experto. Kieling recomienda una mirada cuidadosa si un niño o adolescente comienza a mostrar un estado de ánimo triste o irritable, o si tiene una disminución en el interés o el placer en actividades que solían animarlo.
También es importante sortear los tabúes. A pesar del temor de que una conversación sobre el tema pueda agravar la situación o dar «ideas» suicidas, las investigaciones han demostrado que el diálogo con un profesional capacitado tiende, de hecho, a reducir los riesgos. «Un estudio en Europa con 11.000 adolescentes mostró reducciones en la tasa de ideación grave e intento de suicidio, lo que indica que podemos hablar directamente con el adolescente», resume el psiquiatra.
Otro error se refiere a la población que suele verse afectada por la depresión. Según Kieling, tres cuartas partes de los suicidios notificados anualmente ocurren en países de ingresos bajos y medianos. “No se trata solo de un país rico y desarrollado”, refuerza. En su presentación en el congreso, Kieling también dio ejemplos de frases que pueden agravar o ayudar en el acercamiento de un joven con depresión. “Lo más importante no es necesariamente hablar u ofrecer consejos, sino estar dispuesto a escuchar”, concluye. Kieling también fue uno de los invitados al II Foro de Políticas Públicas en Salud Infantil, promovido por la Fundación José Luiz Egydio Setúbal – mantenedora del Hospital Sabará e Instituto Pensi -, que además de salud mental, abordó los temas de seguridad alimentaria e inmunizaciones.