Contribuyentes con número

1. No sé si ya ha pasado al lector a abrir un día un frasco de dulce que tenga en casa y observar una espesa y sospechosa capa de moho a la superficie. Sin voluntad de probarlo y reticente en cuanto al color y textura, vacila entre echarle fuera; resucitarlo, dándole una segunda oportunidad; volver, sin dramatismo, a poner el dulce en la tostada, continuando su vida (y la del dulce) como si nada fuese. El PSD es igual a un frasco de dulce con moho: transformado en una memoria, se convirtió en un espejismo de lo que era, no es apetecible ni comestible, vacilante- y en qué hacer con él, se evalúa su plazo de validez, se acerca a su destino o incluso si vale la pena el empeño en un destino. Si vale el combate nuevo – culturalmente nuevo, se entiende – que eso requeriría, si vale la voluntad de la ruptura para producir, consubstanciar y liderar ese combate, si vale la confrontación con los continúan comiendo el dulce, esté él como esté.

2. Falta cualquier cosa en el aire político. Entre otras cosas no de somenos (seriedad y decencia al menos), falta sentido y falta propósito: ¿a cuántas andamos y para qué? proyecto estratégico que guía el país, lo que es un odio moviliza el portugués en septiembre de 2018? ¿Cómo se piensa en ellos más allá de pensar en ellos como contribuyentes con número?

Poco: Marcelo les asegura autoes presidenciales (un selfie, un voto) lo que no es lo mismo que pensar en ellos en serio, y Costa gobierna para un sector, asegurando la supuesta felicidad del funcionalismo público (un funcionario público feliz es un voto geringonçal). Mientras tanto, el Gobierno (con Belén sonriendo siempre) todo lo hace para evitar que se perciba demasiado bien que la austeridad se llama hoy robo fiscal y que Centeno usa las caras según los foros, sedes o geografías donde actúa, sombreros hay muchos. Como destino parece poco ambicioso.

Nadie cree en nada, los políticos no son capaces de motivación o interpelación. Uno de estos días, el malabarismo político, las complicidades indeseables, la proximidad que se agota en sí misma y el uso de una considerable cantidad de mañana, transformarán el actual fastidio político en repugnancia. Los partidos están gastados, muchos de sus jefes envejecidos y estas cosas cuentan y estas cosas pesan. En España los líderes del PP, Ciudadanos y Podemos tienen treinta y tal años y Pedro Sanchez tiene poco más, pero sabe Dios cómo la edad también puede ser una fuente de seducción y estímulo de ruptura. Entre nosotros, sin embargo, hasta ese combustible falta.

3. Si no se ha adquirido (y vamos a tiempo?) Que se consolida hoy una amplia suma de grupos que rechazan la democracia como la conocemos y vivimos, no se percibirá que entramos en una nueva era y en un nuevo paradigma que aunque aún sin definición exacta , ya no tiene retroceso. A la vista de él, nuestros instrumentos están caducados, los valores que solíamos practicar cayeron en desuso, las dantes cómodas certezas que usábamos como guía de principios, se sumieron del mapa político. De las certezas, lo obvio: son inciertas. Ante esto, no se han visto advertencias, oído alertas, testimoniado una alusión desde lo alto: Marcelo selfizó el país, Costa "lo relajó" (dijo él) del "pasismo". La cuestión es si se hace un país que valga la pena sólo con gente relajada y egoítida. (Y saber cómo y quién lo paga, claro.)

4. La exageración? Volvamos a nosotros: Marcelo que es el combustible de sí mismo, impide permanentemente el mínimo de distancia y cuanto basta de reserva que tiene que haber entre él y el mundo, comentando hasta el límite, promoviendo abracos compulsivos, infantilizando a las audiencias, mientras incansablemente aplaude , amplía y concuerda con todo lo demás – siempre lo conocía preferir acordar que a ser capaz de enfrentar. La verdad es que es difícil descortinar lo que de hecho -y de serio- determina al Jefe de Estado más allá de la distribución del afecto al domicilio (con la mirada puesta en una urna de voto).

Estando en "todas" omnipresentemente, sin que se alcance el criterio o la escala de prioridades con que lo hace; con el mismísimo afán a una anciana a quien robaron el perro o alguien que perdió los suyos en un incendio, teniendo intervención comentada en todo y sobre todo, el Presidente nos señala que fuera del escenario y de su sorprendente mediación, las cosas de la vida del hombre, país quizá no sean la mayor prioridad.

Al consumirse finalmente mucho más "en esto" -aunque muy legítimamente le importan los votos- que en aquello ". "¿De qué?" En los militares, por ejemplo. ¿Hasta cuándo veremos al Comandante supremo de las Fuerzas Armadas continuar aplazando una respuesta sobre Tancos – humillando así un fuerte sector del Ejército – o hacer de cuenta que no ve el ya indiscutible malestar de esas mismas Fuerzas Armadas o de gran parte de ellas? "En aquello" que es el estado actual de los hospitales que dejará automáticamente de ser exclusivo del titular de la Salud cuando perjudica así a miles de personas, como ha sido el caso de norte a sur, no habiendo nadie que lo ignore; "Lo que" la degradación de algunos servicios públicos cuando se hace tan evidente que carece de la "atención" por el daño presidencial de la vida de innumerables (e indefenso) portugués; "En aquello" que es la ficción de un crecimiento económico, a medrar en el árbol de la insostenibilidad. Son ejemplos. Buenos, porque son reales (y feos.)

5. Todo esto que es pesado, pasó a ser un poco más pesado en los últimos días, cuando súbitamente algo cambió: el Presidente de la República salió mal de esta historia de la sustitución de las señoras procuradoras. Duplamente: ha vuelto a ver que hay algunas dudas (observe que no digo sospechosas sino dudas) de que podría estar a la vista de intereses o circunstancias personales. Y se salió mal porque todo, desde el extrañísimo proceso que antecedió a su decisión hasta su "sí", fue indiscutible: quedó impreso en el país.

6. Si añadimos a este indigesto marco interno el paisaje fuera de puertas con tanto que nos aflige en la "Europa" – de la loca escalada del Brexit a los diversos populismos, pasando por la ficticia unidad de los 28 países que ya originaron las dos europas sin que nadie lo asuma – era mejor nacer otra vez. En la luna en lugar de otro, a donde empiezan ahora por otros viajes.

7. Pedro Pasos Coelho, aún él. No diré siempre él, no sé, el futuro (afortunadamente) a Dios pertenece, pero fue el ex primer ministro quien ocupó políticamente y en un ápice el inmenso espacio que no se vio representado en la noche de las señoras procuradoras. Lo ocupó por imperativo y no por impulso, alineando en el móvil el texto que se conoce y enviándolo al Observador. La acogida que tuvo y las numerosas citas revelan un reconocimiento por su "diferencia" en la escena política actual, que va mucho más allá del fondo y de la forma de su escrito

Nacho Vega

Nacho Vega. Nací en Cuba pero resido en España desde muy pequeñito. Tras cursar estudios de Historia en la Universidad Complutense de Madrid, muy pronto me interesé por el periodismo y la información digital, campos a los que me he dedicado íntegramente durante los últimos 7 años. Encargado de información política y de sociedad. Colaborador habitual en cobertura de noticias internacionales y de sucesos de actualidad. Soy un apasionado incansable de la naturaleza y la cultura. Perfil en Facebookhttps://www.facebook.com/nacho.vega.nacho Email de contacto: nacho.vega@noticiasrtv.com

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