Cohesión territorial, una apuesta cada vez más urgente
Los datos del último Censo vinieron a demostrar lo que ya todos sabíamos: tenemos un país desigual en cuanto a territorio, consecuencia de la despoblación del interior.
Portugal tiene actualmente 10.347.892 residentes, 214.286 menos que en 2011, siendo la despoblación transversal a los territorios del interior. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, la población ha disminuido un 2% en los últimos diez años, saldo negativo que no se veía desde los censos de 1970.
Con estos números, el camino es claro e inequívoco: la apuesta debe centrarse en las políticas de cohesión territorial. Yo soy de los que argumentan que la palabra “tierra adentro” se usa incorrectamente cuando se menciona la despoblación, ya que, dado el tamaño del país, todos estamos muy cerca de la costa. Para ello, basta con ver la distancia geográfica entre el interior y la costa, facilitado por las vías de acceso existentes que permiten realizar el viaje con rapidez.
Lo que tenemos que hacer, para revertir la huida del interior, es garantizar la cohesión para que los territorios sean cada vez más atractivos para el asentamiento de la población, es decir, para las parejas jóvenes que se preparan para trabajar allí y formar una familia.
Es cierto que la pandemia unió a muchos de estos territorios, con una visión más amplia cada vez más implementada, y muchos alcaldes ya no trabajan solo en beneficio de su municipio, teniendo en cuenta las necesidades de un territorio en su conjunto.
Lo que sucede, en muchas situaciones, es que existe la voluntad de esta conexión, pero no hay muchas condiciones para, por ejemplo, permitir el llamado teletrabajo, ya que existen problemas en cuanto a red y comunicaciones. La inversión en redes de comunicación, que permitan un buen acceso a ellas, independientemente del lugar donde vivan, es una estrategia que debe adoptarse, entendiendo que una nueva forma de ser «4G» – pero que pronto será «5G» – requiere nuevas respuestas.
Para hacer más atractivos los territorios y detener el sangrado de la población, también es importante apostar por una atención sanitaria de calidad, con asistencia y un médico de familia para todos. Nadie debería quedarse fuera. El empleo es otro factor determinante para la retención de personas. Sin empleo no es posible asegurar personas y aquí la inversión privada debe poder contar con todos los instrumentos a su alcance para apalancar la economía y generar nuevos puestos de trabajo.
Igualmente importante es desarrollar una política en el ámbito de la vivienda que evite que nuestros jóvenes abandonen los territorios donde nacieron, dados los altos precios de nuestro mercado, con tasas de esfuerzo por encima de su capacidad.
La vivienda se considera un derecho fundamental y es la base de otros derechos como la Salud, el Empleo o la Educación. Se necesitan políticas públicas de vivienda que sean justas y equitativas y que no sean el resultado de medidas aisladas. Para una mayor cohesión, también se necesitan más infraestructura y seguir centrándose en el turismo sostenible para garantizar la calidad de vida de las generaciones actuales y futuras.
El gobierno local también juega un papel importante en esta materia, por lo que las próximas elecciones municipales serán decisivas por todos los puntos enumerados anteriormente y también en lo que respecta al uso de los fondos comunitarios para apalancar todas estas medidas con el objetivo común: la cohesión territorial y el atractivo de los territorios para que las cifras de los próximos censos reflejen otra realidad.