Cesa la erupción del volcán Cumbre Vieja, en Canarias, a los 3 meses
Después de poco más de 85 días desde que el volcán Cumbre Vieja, en las Islas Canarias, comenzó a arrojar lava y cambió la vida de La Palma, los científicos declararon oficialmente la erupción este sábado (25).
La erupción del volcán, que se activó el 19 de septiembre, se calló el 13 de diciembre, pero los funcionarios locales, temerosos de crear falsas expectativas, esperaron hasta Navidad para hacer el anuncio. La información fue confirmada por el director del Plan de Emergencia Volcánica de Canarias, Julio Pérez.
Durante los meses de erupción, la lava cayó de la montaña, envolviendo casas, iglesias y muchas plantaciones de banano, que representan casi la mitad de la economía de la isla. Aunque miles de propiedades fueron destruidas, no se registraron muertes.
La directora del Instituto Geográfico Nacional de Canarias, María José Blanco, dijo que todos los indicadores apuntan a que la erupción ha terminado, pero no descarta una futura reactivación. Según el diario español El País, los expertos locales advierten que la actividad en el subsuelo de la isla continuará durante mucho tiempo, por lo que la población local tendrá que acostumbrarse a los terremotos periódicos.
En total, unas 3.000 casas fueron destruidas por la lava, que en la actualidad cubre 1.219 hectáreas —en algún lugar alrededor de 1.500 canchas de fútbol—, según un relevamiento de los servicios de emergencia.
De las 7.000 personas evacuadas del lugar, la mayoría ya ha podido regresar a sus hogares, a pesar de que muchas casas están inhabitables debido a los daños causados por las cenizas. Con muchas carreteras bloqueadas, algunas plantaciones solo son accesibles por mar.
Los alemanes Jacqueline Rehm y Juergen Doelz se encontraban entre los que se vieron obligados a irse. Huyeron de una casa alquilada en el pueblo de Todoque y se mudaron a un pequeño velero durante siete semanas. «No pudimos salvar nada, ninguno de los muebles, ninguna de las pinturas», dijo Rehm, de 49 años, a Reuters, y agregó que se mudarían a la isla de Tenerife después de Navidad. «Ahora está todo bajo la lava».
“Ni la palabra alegría ni la palabra satisfacción se pueden usar hoy. La palabra que podemos usar es alivio. Y emoción”, dijo Pérez, del Plan de Emergencia Volcánica, al hablar sobre la necesidad de reconstruir La Palma.
Los residentes locales ya no necesitan llevar paraguas y anteojos para protegerse de la ceniza, pero se está iniciando una operación de limpieza masiva. Los daños podrían superar los 900 millones de euros, según la administración de Canarias.
El gobierno del primer ministro español, Pedro Sánchez, ha prometido más de 400 millones de euros (2.500 millones de dólares) para la reconstrucción, aunque algunos residentes y empresas se quejan de que los fondos tardan en llegar. Madrid también ha pedido el lanzamiento de un fondo de solidaridad de la Unión Europea para ayudar a La Palma.
Los tres meses de erupción también significaron que la isla, con 70.830 hectáreas, ganó al menos otras 35 de ellas, generando una disputa legal sobre quién es el dueño de las nuevas tierras.