Casta Meretrix





La expresión casta meretrix utilizada por los Padres de la Iglesia ha sido, a lo largo de los siglos, objetivo de reflexión. Se discute cuán literal es su uso, cuál es el contexto específico en que tal expresión era utilizada y cuál es la intención del autor. Para un ala más tradicionalista, que subraya el sentido abstracto de la palabra Iglesia, es impensable su uso literal, ya que la Iglesia Católica es la Iglesia de Jesucristo y ésta jamás puede ser considerada prostituta. El ala más "progresista", por su parte, subraya el carácter histórico de la Iglesia y, por lo tanto, no prescinde-antes refuerza – su característica de pecadora.





Pero la expresión vino para quedarse y está ahí. Y todos la percibimos cuando la oímos. La Iglesia es santa porque su fundador es el santo. Porque creemos que el Espíritu Santo la mueve, aunque a veces ese movimiento del Espíritu surja imperceptible. Y es pecadora, meretrix, prostituta – porque está constituida por hombres y mujeres. Y donde hay ser humano, hay siempre-o casi siempre, ir – egoísmo, orgullo, ambición, poder desmedido y otros tantos pecados que todos hemos experimentado.

Jesús nunca escogió los perfectos para estar con él. Fue acusado por la religión instituida de comer y beber con los pecadores. A cada página del Evangelio se ve a Jesús a la mesa con publicanos, en casa de los Zaqueos de este mundo, a reconocer la bondad de corazón de prostitutas ya revelar la hipocresía de los fariseos. La Iglesia, ese fue un desastre desde el principio. En camino de Jerusalén, a pocos días de la Pasión, Santiago y Juan, convencidos de un mesianismo histórico y bélico, piden sentarse uno a la derecha y otro a la izquierda del Señor, cuando él está reinar. Pedro lo niega y Judas es el traidor que lo entrega. Y todos lo abandonan.

Las dinámicas de poder y de división son tan antiguas como el ser humano. Y la comunidad de Jesucristo no está inmune a tales prácticas. El ex nuncio apostólico Carlo María Viganò, al publicar la carta en que acusa al Papa Francisco, viene a confirmar la extensión de esas dinámicas y revelar cómo se puede caer en esa red. Pero, por paradójal que parezca, la actitud de este obispo viene a confirmar la dirección del modo de Francisco a ejercer el papado.

La cuestión de los abusos sexuales en la Iglesia no es algo con el que alguien esté a la altura de lidiar. Nadie podía estar preparado para gestionar esta catástrofe. ¿Qué Papa sería capaz de hacerlo? Después de la tormenta revelada por Boston Globe en 2002, surge ahora el informe del Estado de Pensilvania. Y, probablemente, otros vendrán. Por supuesto, el Papa tiene que hacer más y mejor que pedir perdón. Él será el primero en admitirlo. Padres, obispos, y colaboradores laicos en las instituciones católicas que abusaron o encubrieron abusos tienen que ser responsabilizados. El sufrimiento causado y la traición de la confianza depositada en aquellos que deberían ser el rostro misericordioso y solícito de Dios, debe ser fuertemente combatido.

Por eso, el más grave de la actitud de Viganò es el aprovechamiento de los abusos sexuales para atacar a Francisco. En esta triste novela, no parece haber ningún intento de encontrar un modo más justo y eficaz de lidiar con la situación. El tono no es de preocupación con aquellos que han sido objeto de abuso, no hay referencias a las víctimas. Sólo un objetivo: lanzar una supuesta bomba, en un momento milimétricamente calculado, para hacer vacilar al Papa.

En cuanto a su informe, como respondió el Papa, él habla por sí mismo. Por todo el mundo, obispos, laicos, periodistas e incluso asociaciones de víctimas de abusos vinieron a contestar la credibilidad del documento. Y cuanto más Carlo Maria Viganò habla, más se atropella. Por supuesto, la fuerza de medias mentiras está en el hecho de poseer algo de verdad.





Al que se sabe, parece hasta posible que Benedicto XVI haya impuesto en privado algunas sanciones al Cardenal Theodore McCarrick. Se recuerda que sólo se sabía de su participación en relaciones homosexuales con seminaristas y sacerdotes, pero no de abuso sexual de menores. Esto no disculpa a McCarrick, porque, además de la cuestión sexual, aunque no había menores implicados, se trataba de manipulación y de un claro abuso de poder. Pero no se sabía de abuso de menores. Sólo se ha sabido que al menos una de las víctimas tenía 16 años. Y, al que se sabe, así que tuvo acceso a esa información (en junio pasado), el Papa Francisco le suspendió de inmediato las funciones, aún antes de que el Cardenal se vio obligado a resignar al cardenalato.

De hecho, incluso después de las supuestas sanciones, McCarrick continuó apareciendo en público e incluso en varios eventos, encuentros y celebraciones con Benedicto XVI. El propio ex Nuncio Viganò participó en una cena de homenaje al cardenal McCarrick en que lo saluda como "aquel a quien todos aman", como muestra un video que viajó por las redes sociales. ¡Que estragos! Y, por supuesto, los que lo apoyan son los habituales opositores del Papa Francisco.

Como he señalado, paradójicamente esta actitud de Viganò viene a reforzar y confirmar a Francisco en su Pontificado. Por varias razones.

Primero, el ex Nuncio publica esta carta sólo y sólo gracias al modo en que el Papa Francisco está liderando la Iglesia. Antes de Bergoglio era imposible que surgieran reacciones de este tipo dentro de la Iglesia, especialmente por parte de elementos de la jerarquía. Y los Viganòs lo saben y lo aprovechan bien. La lucha por la transparencia, la libertad, el deseo de una Iglesia adulta en que las personas puedan expresarse, son marcas indelebles de este Pontificado que benefician a todos, hasta los opositores del propio Pontífice. Dar mayor autonomía a los obispos pero mantener la tensión de la acogida de la diferencia dentro de la unión (no unicidad) de la Iglesia tiene su precio, y Francisco es el primero en pagarlo.

Segundo, aunque sintamos que se avanza lentamente, estos episodios muestran con claridad la necesidad de reforma de la Iglesia que el Papa está llevando a cabo. Aquellos que prefieren mantener el equilibrio statu quo y una iglesia por encima de todo institucional que separa a los clérigos de los laicos y mantiene la exclusividad del poder en los primeros, sienten sus cimientos a sacudir ante la firmeza de Francisco. El clericalismo ahoga al Espíritu Santo que se manifiesta a través de los fieles, afirma Francisco. Y esta afrenta, los clericalistas no le perdonan. Para estos, el discernimiento es peligroso, la libertad de conciencia incompatible con la autoridad instituida y el poder en manos de laicos una inversión de la santidad de la Iglesia.

Finalmente, cuando recordamos las teorías que surgían sobre la renuncia de Benedicto XVI, sólo podemos reírnos al ridículo. La tesis dominante era la de que el Papa Ratzinger renunciaba porque no sentía fuerzas para reformar la Curia Romana. ¡Cómo si la reforma se redujera al Vaticano! La carta de Carlo Maria Viganò revela cómo los elementos de la Curia Romana que necesitaban la reforma constituían sólo la punta de un enorme iceberg.

El Papa ha recibido el apoyo incondicional de conferencias numerosos obispos de todo el mundo y los obispos portugueses no fueron una excepción. Con su silencio, Bergoglio responde de modo ejemplar a la carta de Viganò. Sería más fácil devolver, acusar y ridiculizar al ex Nuncio. Pero al no pagar con la misma moneda, Francisco soporta humildemente las dudas que algunos puedan tener sobre su conducta y rompe la corriente de mal que esa carta comenzó.

Después de, una vez más, invitar a los fieles a la madurez del discernimiento, en la misa del pasado lunes, el Papa aconsejaba: "con las personas que no tienen buena voluntad, con las personas que buscan sólo el escándalo, con quien busca la división con quien busca sólo la destrucción, hasta en las familias: silencio y oración ".

Nacho Vega

Nacho Vega. Nací en Cuba pero resido en España desde muy pequeñito. Tras cursar estudios de Historia en la Universidad Complutense de Madrid, muy pronto me interesé por el periodismo y la información digital, campos a los que me he dedicado íntegramente durante los últimos 7 años. Encargado de información política y de sociedad. Colaborador habitual en cobertura de noticias internacionales y de sucesos de actualidad. Soy un apasionado incansable de la naturaleza y la cultura. Perfil en Facebookhttps://www.facebook.com/nacho.vega.nacho Email de contacto: nacho.vega@noticiasrtv.com

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