Casos misteriosos de hepatitis grave en niños: lo que sabemos hasta ahora
La proliferación de casos de hepatitis grave de origen desconocido en niños alrededor del mundo sigue siendo un misterio para los científicos. El último boletín de Organización Mundial de la Salud (OMS), del 29 de abril, establece que “la etiología de los casos permanece bajo investigación”.
En la fecha del informe, 169 casos en niños y jóvenes de 1 a 16 años se habían contado en 12 países: el 10% se sometió a trasplantes de hígado.
Más recientemente, se reportaron tres muertes en Indonesia, país que hasta el momento no había reportado ningún caso. Hay sospechas en otros países, como Canadá y Portugal. No hay notificaciones en Brasil.
Ante esta situación, recogimos las hipótesis planteadas sobre las causas de este problema. Antes que nada, sin embargo, es importante recordar que La hepatitis no es más que una inflamación del hígado.
Puede ser causada por varios motivos, como el exceso de medicación, el alcoholismo y la presencia de algunos virus. De ahí la dificultad de establecer una causa para este, digamos, brote.
En el caso de los niños, ya se sabe que no se trata de ningún tipo de hepatitis viral, que va del tipo A al E.
Adenovirus: uno de los sospechosos
De los 169 niños con esta hepatitis grave incluidos en el boletín de la OMS, a 85 se les realizó la prueba de presencia del adenovirus. De estos, 74 regresaron con un resultado positivo.
Existe una gran variedad en la familia de este agente infeccioso, la mayoría de ellos causan enfermedades respiratorias. El tipo 41, particularmente común en las pruebas realizadas entre estos niños, tiende a desencadenar Reacciones en el tracto gastrointestinal.
Quizás una mutación u otro factor desconocido junto con el adenovirus desencadena el problema, pero hay inconsistencias en este argumento. “Lo extraño es que esta cepa nunca provocó reacciones de esa magnitud”, explica Rogerio Camargo Pinheiro Alves, hepatólogo de BP – A Beneficência Portuguesa de São Paulo.
telegrama
El genetista Salmo Raskin, pediatra y director del laboratorio Genetika de Curitiba, va más allá. “En los pocos casos registrados previamente de hepatitis por adenovirus, aparece un signo típico en el tejido hepático. Y no se encontró en ninguno de los seis niños analizados que tenían sus órganos trasplantados”, explica en referencia al informe publicado por los CDC, la agencia reguladora de la salud de EE. UU. El documento cita el caso de los niños atendidos en el hospital de Alabama.
Como el adenovirus es muy común, quizás su presencia en niños sea una mera coincidencia. Solo una mayor investigación aclarará este vínculo.
Ella otra vez: Covid-19
También existe la posibilidad de que la hepatitis esté relacionada con secuelas del covid. Esto se debe a que su mayor prevalencia fue en niños menores de 5 años que no han sido vacunados contra el coronavirus.
“Reino Unido informa que la mitad de sus niños ya se contagiaron de Sars-CoV 2. Sería importante saber si los que enfermaron tienen el virus en el organismo, pero aún no se han hecho estas pruebas”, pondera Raskin . “En Israel, todos los casos de hepatitis severa ocurrieron en niños que ya habían tenido Covid”, agrega.
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Además, se especula que esta hepatitis es otra manifestación del llamado Covid Longa. Raskin teoriza que, quizás, el coronavirus provoque alguna inmunodeficiencia a medio y largo plazo que favorecería el avance de infecciones capaces de trastornar la salud del hígado.
O, quién sabe, la variante omicron es especialmente agresiva con este órgano en la infancia. El pediatra también recuerda un estudio, publicado en naturaleza, que relaciona la preferencia del virus Covid por las células hepáticas. Pero eso por sí solo no prueba esta hipótesis.
una combinación de factores
El informe de la OMS señala que “se están realizando pruebas de laboratorio para entender […] la asociación potencial de los casos de hepatitis con agentes infecciosos, químicos y toxinas”. Se especula que una mezcla de estos y otros posibles factores desconocidos culminan en este brote de hepatitis severa en niños.
Ni siquiera sería la primera vez que algo así sucedía. Por ejemplo, un estudio demostró que la combinación del virus Zika con el consumo de agua contaminada explicaría gran parte del brote de microcefalia ocurrido entre 2015 y 2016 en Brasil. Y justificaría la razón por la que los casos se concentraron en el Nordeste.
¿Por qué sólo los niños son víctimas?
Una apuesta implica vuelta a las classes. A medida que los niños volvieron a circular y se encontraron con sus compañeros, terminaron exponiéndose más a los patógenos en circulación, no solo al Sars-CoV-2. “Estuvieron mucho tiempo aislados, sin que nada los contaminara. Por eso están más desprotegidos y susceptibles a nuevas infecciones”, explica Alves. “Pero eso sería solo un factor”, agrega.
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La inmunidad menos desarrollada y otras características típicas del organismo en la infancia también justificarían este fenómeno.
¿Una mejor capacidad de detección?
El mayor número de casos proviene de Inglaterra (114 niños hasta ahora). La Dra. Philippa Easterbrook, epidemióloga de la OMS, explica que ha habido episodios de hepatitis grave inexplicable en todo el mundo, pero solían ser raros.
Incluso por ello, los expertos no descartan que este mayor número sea, de hecho, el resultado de una mejor vigilancia epidemiológica. Pasajero o no, la alerta hizo que otros países prestaran más atención, y los investigadores comenzaron a investigar los casos más de cerca.
¿Cuáles son los síntomas de la hepatitis? ¿Hay tratamiento?
La hepatitis puede comenzar con vómitos, náuseas, diarrea y pérdida de apetito. Sin tratamiento, progresa a ojos y piel amarillos y cansancio.
“Estos síntomas son muy comunes en los niños pequeños. Por eso, los padres deben estar atentos si estos signos persisten”, informó Philippal, de la OMS.
El tratamiento depende de la causa de la hepatitis; a veces es con antirretrovirales. En estos episodios recientes en niños, los médicos solo han manejado los síntomas y las consecuencias de una inflamación abrupta del hígado.
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“Lo principal es apoyar al hígado para que se cure solo. Pero hay casos en los que el organismo ya se ha declarado en quiebra. Entonces hay que ir a trasplantarse”, explica Alves.
¿Es posible prevenirse?
Como no se sabe qué hay detrás de esta situación, las instrucciones son vagas. Richard Pebody, líder europeo de la OMS en la lucha contra los patógenos, recomienda que la población practique una buena higiene general. “Como esta hepatitis puede tener transmisión aérea o fecal-oral, es importante lavarse bien las manos”, dijo el epidemiólogo, durante el vivo de la OMS sobre el tema.
Además, hay países que investigan la posibilidad de que la enfermedad provenga de alimentos contaminados. En este sentido, sería bueno reforzar los cuidados con los alimentos ingeridos.