Cáncer de tiroides: comprender los signos de la enfermedad
Proyecciones del Instituto Nacional del Cáncer (Inca) indican que en el trienio entre 2020 y 2022 habrá 13.780 nuevos casos de cáncer de tiroides en Brasil, 1.830 en hombres y 11.590 en mujeres. Los números dejan claro que este tumor es mucho más frecuente en el sexo femenino.
LA carcinoma papilar de tiroides (PTC) es el tipo más frecuente de la enfermedad y su incidencia ha aumentado en los últimos años más que la de cualquier otro tumor maligno. La mayoría de los pacientes son asintomáticos y descubren el problema de manera incidental, después de realizar exámenes de imagen cuello, como una ecografía o una tomografía computarizada.
Sin embargo, algunas personas ya presentes en el diagnóstico inicial síntomas relacionado con el crecimiento o la invasión de tejidos adyacentes, como nódulo palpable, ronquera persistente o ganglios linfáticos agrandados en el cuello.
El diagnóstico suele confirmarse mediante una biopsia del material obtenido de una punción aspirativa con aguja fina. La probabilidad de curación después del tratamiento es alta, con tasas de supervivencia a diez años del 93 %.
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Sin embargo, las recaídas en la región, es decir, la regreso de la enfermedad en la glándula, se han descrito hasta en el 28% de los pacientes.
Las opciones de tratamiento van desde la simple observación (seguimiento sin intervención inmediata) en casos bien seleccionados (pacientes ancianos con tumores pequeños, por ejemplo) hasta la cirugía para extirpar la tiroides y disecar los ganglios cervicales, seguida de la ablación con yodo radiactivo (estrategia encaminada a pacientes con enfermedad más agresiva).
El riesgo de recurrencia de CPT se puede estimar en función de características clínicas y patológicas, como edad mayor de 55 años, sexo masculino, tamaño del tumor, presencia de un foco adicional dentro de la tiroides, invasión de tejidos vecinos, diseminación a los ganglios linfáticos del cuello , mutaciones genéticas, altos niveles postoperatorios de tiroglobulina (proteína producida por las células tumorales) en la sangre, entre otros.
Las guías para el manejo del cáncer de la American Thyroid Association (ATA) propusieron allí, en 2009, un sistema para estimar el riesgo de que la enfermedad regrese. Los pacientes se clasifican, en función de las características antes mencionadas, en bajo riesgo (tumor restringido a la glándula), intermedio (invasión de sangre y otros tejidos) o alto riesgo (importante extensión y metástasis a distancia).
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Nuevo estudio realizado en Brasil
Nuestro equipo del AC Camargo Cancer Center acaba de publicar un estudio en una revista científica internacional que identifica factores clínicos y patológicos predictores de recurrencia del carcinoma papilar de tiroides, es decir, cuáles son los señales que nos ayudan a predecir la reaparición de la enfermedad tras el tratamiento inicial.
Después de obtener la aprobación del comité de ética de la investigación, revisamos retrospectivamente las historias clínicas de 4.085 pacientes tratados consecutivamente mediante CPT entre enero de 1996 y diciembre de 2015. Se estratificaron según las categorías de riesgo de la ATA y las características clinicopatológicas y se evaluaron para identificar factores independientes de recurrencia.
La mayoría de estas personas se sometieron a tiroidectomía total (extirpación quirúrgica de toda la glándula), según la preferencia del paciente y factores como la predisposición familiar, la irradiación cervical previa y la presencia de nódulos bilaterales, o simplemente como una forma de reducir el riesgo de recurrencia. .
La extirpación de los ganglios linfáticos del cuello junto con la cirugía se realizó en el 17,7% de los pacientes. Y se administró yodo radiactivo tras la cirugía en el 62,9% de los pacientes, con el objetivo de destruir focos microscópicos de enfermedad o facilitar el seguimiento.
La mayoría de los sujetos recibieron levotiroxina sódica (hormona tiroidea) para prevenir hipotiroidismo o suprimir la hormona TSH (tirotropina), que puede estimular el crecimiento de células tumorales.
Tras un seguimiento medio de 58,7 meses, se diagnosticó recidiva tumoral en 176 pacientes, la mayoría en ganglios linfáticos del cuello. Afortunadamente, se produjeron metástasis a distancia en solo 18 personas y solo hubo tres muertes relacionadas con el cáncer.
El análisis de datos mostró que la tamaño del tumor, presencia de múltiples focos en la glándula, extensión fuera de la tiroides y afectación de los ganglios linfáticos fueron los principales factores de riesgo de recurrencia. El retorno de la enfermedad se observó en el 1,6% de los pacientes considerados de bajo riesgo, el 7,4% de los de riesgo intermedio y el 22,7% de los pacientes de alto riesgo (según la clasificación americana).
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Los estudios sobre la recurrencia del tipo más prevalente de cáncer de tiroides describen tasas de recurrencia de la enfermedad que van del 6 al 28%. En nuestra serie encontramos una tasa menor (4,3%), probablemente debido al alto porcentaje de casos detectados y tratados inicialmente, con predominio de tumores pequeños y menor riesgo.
Además, la mayoría de los pacientes se sometieron a tiroidectomía total y yodo radiactivo, tratamientos con el potencial de reducir el riesgo de recurrencia.
En resumen, nuestros hallazgos confirman los factores clínicos y patológicos que deben tenerse en cuenta, aportando información valiosa para individualizar el seguimiento y tratamiento con el fin de evitar que la enfermedad regrese.
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* André Ywata de Carvalho es especialista en cirugía de cabeza y cuello y cirugía de tiroides en el Centro de Cáncer AC Camargo en São Paulo