Burros de carga
¿Cómo puede un grupo de personas sin currículo que las habilite para desempeñar las funciones más básicas en una empresa y sin ninguna experiencia profesional relevante además de la actividad política, puede ser presentado como capacitado para gobernar el país? Obviamente porque, como afirmó la delegada a la convención del BE, éste es un país de empresarios burros. Pero no son sólo los empresarios que son burros. Este es incluso un país de trabajadores burros, de desempleados burros, de contribuyentes burros … de burros, en fin.
En lo que a los empresarios respeta es obvio que sólo criaturas destituidas de cualquier traza de inteligencia elegirían ser empresarios en un país en que buena parte de la clase política entiende por gobernar el acto de cobrar más impuestos e imponer medidas de ingeniería social a las empresas. (Por cierto alguna gente con dos dedos de frente se dieron cuenta de que sólo hay dos vías tranquilidad de la vida en Portugal: un funcionario o bajan el sector stat-negocio, una industria en la que las pérdidas sufridas por los contribuyentes y los beneficios debido a la (…), esta casta que usa sus conocimientos de la máquina estatal para lograr hacer con notable beneficio aquello que a los demás está prohibido.)
Pero volvamos a nuestro espíritu asinino. No era ese "todo el burro come paja, la cuestión es saberla dar" y el BE sería tratado como lo que de hecho es: un grupo de gente inteligente, a menudo mal preparada, que en la juventud se profesionalizó en la política y que fuera de la política no tiene currículum para mostrar.
Por ejemplo, en la lista de ministros del BE presentada por el Consejo observador y por la otra comunicación social y se verificará que estamos ante dirigentes que pasaron de estudiantes universitarios a diputados, sin en el medio haber hecho algo de profesionalmente relevante.
Comencemos por Mariana y Juana Mortágua. Ambas estudiaron. Antes de los 30 años se convirtieron en diputadas. Mariana Mortágua es licenciada en Economía por el ISCTE y estaba haciendo el doctorado en economía cuando se convirtió en diputada. Tenía 27 años. Se presenta como que puede ocupar la cartera de Finanzas. ¿Qué otra experiencia tiene Mariana Mortágua? ¿Alguna vez ha trabajado en una empresa pública o privada? En la administración pública? ¿En algún gabinete de estudios? ¿Alguna vez ha desempeñado una tarea que la confrontar con las consecuencias prácticas en la vida de las empresas de la legislación que defiende?
El caso de Joana Mortágua presentada como posible ministra de Educación es aún más asombroso porque no se le conoce conocimiento relevante sobre nada: Joana Mortágua es licenciada en Relaciones Internacionales con especialización en América Latina. Pero, probablemente, porque América Latina nunca ha estado interesado en Joan Mortágua esto se convirtió en diputado en Portugal. Tenía 25 años. En su página del parlamento no consta profesión. Sus aptitudes para ser ministra de Educación se resumen en el hecho de que en el parlamento se dedica a tal asunto. Digamos que es una habilitación por frecuencia: se va al parlamento, se frecuentan unas comisiones y se queda apto para ser ministro de la respectiva pasta. O de todas ellas.
Si de Joana Mortágua pasamos a Luís Monteiro entonces estamos ante el currículum cero: Luís Monteiro fue elegido con apenas 22 años. En el grupo parlamentario, y por ser estudiante, se le asignó el área de enseñanza superior. Que el BE de Luís Monteiro como especialista en enseñanza superior no admira. Lo que realmente ni a un asno recuerda es el país aceptar plácidamente que Luís Monteiro pueda ser ministro de enseñanza superior porque frecuenta o frecuentó la enseñanza superior. (Esta especie de formación de ministros en la óptica del usuario abre, como dirán los españoles, un ""abanico de posibilidades": utiliza el multibanco? ¡Está entonces preparado para ser sino ministro de Finanzas o al menos secretario de Estado del Tesoro! ¿Fue a la urgencia hospitalaria? Acautee que sale de allí ministro de Salud … y también sin ser consultado pero ese es otro asunto.)
Pero continuemos. Vamos al caso de José Soeiro. Tiene un doctorado en Sociología. Se da como ministeriable en el área del trabajo. En el mundo del trabajo fuera de la Asamblea de la República, José Soeiro tiene, según se lee en su página del parlamento, la experiencia de animar "talleres de expresión y de Teatro del Oprimido". Por otra parte, en esa actividad, según el ObservadorJosé Soeiro se enfrentó con la precariedad y las cuestiones de los recibos verdes que en el parlamento lo transformaron en especialista en cuestiones de trabajo. En todo caso, como diputado José Soeiro ganó la precariedad: José Soeiro se convirtió en diputado a los 23 años. Hoy tiene 34. Continúa diputado. ¿Y qué decir del currículum del hipotético ministro de Salud, Moisés Ferreira? Licenciado en Psicología se convirtió en diputado a los 29 años. Antes de ser elegido diputado ya era asistente parlamentario en las áreas de Economía y Finanzas. Un profesional de la política, por lo tanto.
Que esta agremiación de gente que a los veinte y algunos años saltó de los bancos de las universidades (y de los escenarios, pues el factor escenificación no es irrelevante en el caso) para que los escaños de diputados sean presentados como ministeriables, sin que el país se interese sobre sus propias las competencias y las experiencias, es la prueba, si alguna faltas – del jumentismo agudo de que padecemos. Dirán que en los otros partidos encontramos casos similares. Es verdad. Pero en ninguno de ellos con este peso y con tanta prosapia.
Lejos de mí indignada con las declaraciones del delegado a ser la Convención sobre el sabor de los empresarios portugueses en ser tonto querer gracias por poner el tema en términos tan claros: de hecho, somos un país de burros. Eso no tiene nada nuevo. Lo que vamos a tener que discutir es cómo los indiscutiblemente inteligentes dirigentes del BE están transformando, usando la fuerza bruta de la legislación y de los fisco, los burros que somos en sus particulares burros de carga.