Boric toma el relevo con críticas de izquierda y bajo el aura de la tradición
Entre las sólidas tradiciones ceremoniales chilenas para la toma de posesión del nuevo presidente, grandes desafíos y ya con una ola de críticas de sus propios votantes de izquierda, Gabriel Boric toma las riendas del país este viernes (11).
Boric ha enfrentado duras críticas de la izquierda que lo eligió después de reunir un gabinete de ministros de centroizquierda más moderado; abogando por un ritmo gradual para las reformas tributarias y de pensiones; y no dar garantías inmediatas de liberación a los llamados “presos políticos”, personas privadas de libertad durante las protestas de 2019 y los conflictos por la tierra en el sur de Chile.
«Sin duda, [os eleitores de esquerda] serán los que más demandas harán al inicio del gobierno. Para ganar las elecciones, Boric se dirigió al centro todo lo que pudo y, por lo tanto, perdió terreno en la izquierda. Tendrá que mostrar la voluntad de implementar cambios rápidamente mientras enfrenta los problemas que hereda», dice sábana analista política Claudia Heiss.
Uno de los temas que no puede esperar es el estado de excepción, que militarizó el sur y el norte del país y cuyo plazo aún no vence.
En el sur, la situación con los grupos mapuche parece haberse calmado, pero en el norte, en la región de Iquique, persisten las tensiones. La nueva ministra del Interior, Izkia Siches, expresó la posibilidad de llevar al Congreso una propuesta para renovar el estado de excepción y militarización del norte del país, donde hay enfrentamientos por la continua llegada de inmigrantes ilegales.
“Si Boric se hace cargo y envía de inmediato al Congreso la solicitud de utilizar un recurso duro, como los utilizados por Piñera, habrá protestas a sus promesas”, dice Heiss.
Pero no todo será problema el día 11. Santiago se prepara para una fiesta popular en la Alameda (principal avenida capitalina), por la noche, luego del acto solemne que se desarrolla durante el día en la ciudad de Valparaíso, donde se encuentra el Congreso del país. sostuvo.
Boric, de 36 años, toma el relevo tras vencer en segunda vuelta al ultraderechista José Antonio Kast por un 55,87% frente al 44,13% del 19 de diciembre.
El traspaso del mando y la banda presidencial se realiza en el Salón de Honor del Congreso, donde es tradición desde que el dictador Augusto Pinochet entregó el poder al electo Patricio Aylwin en 1990.
Mientras Boric pasará la noche anterior en Valparaíso, el actual presidente, Sebastián Piñera, llegará a la ciudad en el tradicional Ford Galaxie, abierto, desde donde podrá saludar a la gente. El automóvil fue un regalo de la reina Isabel II de Inglaterra, y ya ha transportado, además de representantes, al dictador cubano Fidel Castro, al poeta Pablo Neruda y a la primera ministra india, Indira Gandhi.
Entre los distintos jefes de Estado estarán el rey Felipe 6 de España, el argentino Alberto Fernández, el ecuatoriano Guillermo Lasso, el paraguayo Mario Abdo Benítez, el boliviano Luis Arce, el uruguayo Lacalle Pou y el colombiano Iván Duque. Brasil estará representado por el vicepresidente Hamilton Mourão.
No fueron invitados los dictadores de Nicaragua, Daniel Ortega, de Venezuela, Nicolás Maduro, y del régimen cubano, Díaz-Canel.
Habrá algunos invitados que representan una izquierda que admira a Boric. Uno de ellos es el principal candidato de las preferencias en Colombia, Gustavo Petro, el exvicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera, representantes del Frente Ampla Uruguaya, el español Íñigo Erregon y disidentes del sandinismo, como los escritores Sergio Ramírez y Gioconda Belli. .
Mientras tanto, en Santiago, la casa elegida por el presidente electo para vivir con su pareja, Irina Karamanos, es foco de atención y atrae a personas que quieren tomarse selfies.
Como Chile no cuenta con una residencia oficial para el presidente, fue necesario buscar una nueva propiedad, ya que la casa original de Boric está en Punta Arenas, en el sur del país.
Boric y Karamanos vivirán en el popular barrio del centro de Yungay. Comuna histórica en la que las calles son empedradas, no asfaltadas, y la mayoría de los edificios datan del siglo 19. Es un lugar animado, con bares, restaurantes y plazas. Cerca también hay una tienda de discos de vinilo, de la que el presidente electo se ha convertido en cliente.
La dirección es casi poética, calle Huérfanos (huérfanos), entre Libertad y Esperanza.