Bolonaro necesita el PT, y el PT necesita de Bolsonaro
La primera vuelta de las elecciones en Brasil reveló sobre todo una cosa: es que la mitad del electorado – 49 millones de brasileños, de todas las clases sociales y de todas las regiones del país – están tan hartos de dos décadas de corrupción, desfaçatez y mal gobierno Y de sus aliados, que se dispusieron a hacer de un diputado hasta ahora más o menos marginal, el más serio candidato a la presidencia de Brasil, sólo por una razón: porque era, de todos, lo que más garantías daba de que nunca pactaría con el PT. La cuestión es si esta maciza opción por Jair Bolsonaro no vendrá a ser la salvación del PT.
El PT entró en estas elecciones a encarnar la vieja corrupción. ¿Cómo redimirse? Por la puerta que ya abrió, al conseguir el paso de su candidato Fernando Haddad a la segunda vuelta: encabezando la "resistencia" a Bolsonaro, y convirtiéndose en la opción de todos los que están dispuestos a votar hasta en corruptos para detener al candidato del PSL . Incluso derrotado, el PT puede aún contar con su enemigo. Es que Bolsonaro, si es elegido presidente, es el primer interesado en que el PT no desaparezca y en que, por el contrario, sea la cara de la oposición al gobierno, para recordar constantemente que la única alternativa a su presidencia es la la gobernanza inmoral y cínica de Lula da Silva y de Rousseff.
Los que votaron en Bolsonaro para librarse del petismo o en el PT para deshacerse de Bolsonaro van tal vez así a descubrir que Bolsónaro y el PT necesitan mucho del otro, y todo lo harán para: Bolsonaro va a tratar a todos los críticos como petistas, y el PT va a tratar a todos los que no alineen con su frente "antifascista" como partidarios de Bolsonaro. En el pasado, la corrupción parece haber sido la mejor cola para agrupar a las más de dos decenas de partidos representados en el congreso (de los cuales los mayores no tenían mucho más del 10% de los votos cada uno) y viabilizar iniciativas políticas. Sin la corrupción -o, al menos, sin tanta corrupción, después del Lava-Chato-, tal vez sólo la polarización ideológica y la demagogia apocalíptica dirigida contra los adversarios puedan sostener alianzas y compromisos partidistas.
Es curioso que ninguno de los lados tenga dificultad en desmontar las imputaciones del otro. Sí, Bolsonaro tiene, en su currículum, media docena de citas repugnantes y estúpidas. En el momento en que su programa es fundamentalmente una rutina lista de opciones conservadoras y liberales, para hacer de él un Mussolini, es decir, el dirigente de una milicia apostada en conquistar el Estado y sustituir la democracia por el liderazgo del jefe absoluto de un partido único ? No llega, a menos que "fascista" signifique sólo "a alguien que no me gusta". Y en cuanto al PT, es verdad que está pegado de marxistas y rinde homenaje a las tiranías cubana y venezolana. Pero cuando en el poder, gobernó en colusión con el viejo caciquismo reaccionario, con quien por otra parte se reconcilió, a pesar de la deposición de Dilma, para ganar elecciones en el noreste. El Brasil del PT es el Brasil de los "coroneles".
Por tanto, tanto Bolsónaro como Haddad se comprometieron a no cambiar la constitución. Ni por eso, sin embargo, parece convenir a ninguno de los lados admitir algún día que el otro no es una amenaza existencial a Brasil ya la democracia. Ambos necesitan, para mantener el liderazgo y la cohesión de sus agrupaciones políticas, de declararse continuamente rodeados y amenazados por el otro. Pero si nunca son capaces de dispensar la demonización recíproca, en vez de constituir el sistema bipartidista con que muchos sueñan como remedio para las dificultades de gobernanza, acabarán por transformarse en opciones incompatibles con una rotación tranquila en el poder. Cada elección en Brasil sería el día del juicio – la "elección más importante de nuestras vidas". Difícilmente una democracia soportará esa crispación permanente. Si eso sucede en Brasil – y esperamos que no – las culpas no estarán todas por un lado. No es sólo el tango que necesita dos para ser bailado.