Arzobispo chileno renuncia a Te Deum en medio del escándalo de abuso sexual en la Iglesia Católica
Ezzati, que desde hace mucho encabeza la ceremonia, está entre las figuras religiosas más reconocidas en Chile. El cardenal Ricardo Ezzati fue denunciado por encubrir abusos sexuales
Alessandra Tarantino / AP
El arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, afirmó este sábado que no encabezará el Te Deum de Chile, una ceremonia religiosa anual en la que participan los principales políticos y clérigos del país, en medio de un escándalo de abuso sexual que provocó olas de choque nación católica conservadora.
Ezzati, que desde hace mucho encabeza la ceremonia y está entre las figuras religiosas más reconocidas en Chile, dijo en un comunicado que considera "prudente no liderar el tradicional Te Deum", dada la "profunda crisis por la que la Iglesia está pasando".
La policía chilena investiga 38 acusaciones de abuso sexual contra 73 obispos, clérigos y colaboradores no ordenados, con 104 víctimas. Está entre las investigaciones más agresivas de la Iglesia realizadas por cualquier autoridad judicial.
A finales de julio, promotores chilenos llamaron a Ezzati de sospechosos en una investigación sobre alegaciones de que él y otros clérigos encubrieron abuso sexual infantil por miembros de la Iglesia Católica, y lo convocaron a declarar. Ezzati mantuvo su inocencia durante el testimonio este sábado.
"Estoy seguro de que nunca he ocultado o obstruido la justicia y cumpliré mis responsabilidades como ciudadano para proporcionar todos los antecedentes necesarios para llegar a la verdad", dijo Ezzati.
El anuncio de Ezatti viene un día después de que líderes locales de la Iglesia pidieron perdón por el abuso sexual de niños cometidos por clérigos y acordaron abrir sus archivos e intensificar la colaboración con los fiscales chilenos que investigan los casos.
En junio, la policía aprehendió documentos de la corte eclesiástica de la diócesis de Santiago y, desde entonces, realiza búsquedas sorprendentes en oficinas de la Iglesia en todo el país, intimando a obispos de Chile y del Vaticano a declarar.
La crisis sacude a la Iglesia Católica de Chile desde 2011, época en que el padre chileno Fernando Karadima fue considerado culpable por el Vaticano por abusar de niños en las décadas de 1970 y 1980.
Acusaciones de abuso sexual contra varios miembros de la Iglesia Católica llevaron al Papa Francisco a abrir una investigación en el país sudamericano, llevando a la Iglesia a expulsar a obispos y otros sacerdotes acusados de practicar o encubrir abusos contra menores.