Arcilla blanca: ¿ayuda a prevenir el envejecimiento de la piel y cómo utilizarla?
Las mascarillas faciales de arcilla se encuentran entre las técnicas más utilizadas por quienes buscan ingresar al mundo de las rutinas de cuidado de la piel, y la puerta de entrada suele ser a través de arcilla blanca. Este producto, que se encuentra en grandes cantidades en la naturaleza y se extrae directamente del suelo, habría Propiedades calmantes e hidratantes para la piel, especialmente las más sensibles..
Esto lo convertiría en una buena opción para quienes son nuevos en el uso de este tipo de cosméticos. Suele asociarse a técnicas que buscan retrasar el envejecimiento de la piel, asegurando hidratación y vigor por más tiempo.
Pero es importante resaltar que aún existen pocos estudios que demuestren científicamente que la arcilla blanca realmente cumple todo lo que promete. La mayoría de los beneficios están confirmados por la observación clínica de los dermatólogos.
Así, La recomendación es utilizar siempre cualquier cosmético con asesoramiento de un profesional en la materia.suspendiendo su uso si se presentan efectos secundarios inesperados.
¿Quién puede utilizar arcilla blanca?
Fácil de encontrar en farmacias y tiendas especializadas en cuidado de la piel, La arcilla blanca se considera un producto relativamente seguro para todo tipo de piel, siempre que se aplique correctamente..
Esto incluye no pasar la mascarilla por zonas con lesiones o lesiones. ¡Y no te lo pases por el pelo!
Cuando se utiliza en la industria, esta materia prima también se llama caolín, y en ocasiones es posible encontrar marcas de arcilla blanca que anuncian “arcilla caolín”.
Por eso, también conviene tener cuidado con las etiquetas: un cosmético seguro debe pasar por los procesos de descontaminación requeridos por Anvisacon el fin de eliminar toxinas, microbios y metales pesados que se encuentran en el polvo fresco.
Cómo aplicar la mascarilla sobre la piel.
En condiciones ideales, la mascarilla de arcilla se debe elaborar utilizando agua filtrada, mezclando el polvo hasta formar una especie de pasta cremosa. Luego, simplemente aplícalo en el área deseada.
No lo olvides: primero se debe lavar la piel donde se colocará la mascarilla, con el jabón indicado según su oleosidad y otras condiciones dermatológicas que varían de persona a persona.
Al finalizar se retira la mascarilla con un algodón humedecido, con una nueva aplicación de crema hidratante al finalizar el proceso. El procedimiento se puede realizar una o dos veces por semana, y el número de veces varía según el consejo médico. Ante cualquier imprevisto o molestia, suspende su uso y consulta alternativas con tu dermatólogo.
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