Apple a 1 billón de dólares


Por qué la empresa fundada por Steve Jobs es diferente de las demás en el Valle del Silicio Un panel electrónico muestra la marca de la manzana en el exterior del Nasdaq en Nueva York en Estados Unidos tras el cierre de las negociaciones del día. Apple fue la primera empresa privada en alcanzar la marca de 1 billón de dólares en valor de mercado
Mike Segar / Reuters
Google y Facebook sostienen sus negocios con publicidad, mantienen monopolio virtual sobre los respectivos mercados, desprecian a productores de contenido, relegados a segundo plano en las cadenas de valor que comandan. Se consideran las mayores gigantes del valle del Silicio, de influencia política temida, objeto de investigaciones de las autoridades por permitir interferencia indebida en elecciones y en la privacidad de los ciudadanos.
Apple no.
¿Qué distingue a la empresa de Cupertino, la primera en la historia a superar la marca de US $ 1 billón, de los mastodontes de Mountain View y Menlo Park? ¿Será sólo el tiempo, ya que Apple abrió su capital en 1980, Google en 2004, Facebook en 2012? ¿O hay otra diferencia a poner la empresa de la manzana en la frente?
En el origen, las tres emanan del mismo ethos hacker del Valle del Silicio, donde la contracultura de los años 1960 se mezcló con la tecnología digital y el capital de riesgo para crear un ambiente innovador comparable a la Florencia renacentista (imagen diseminada por el propio Jobs).
Como otros negocios innovadores de éxito, ninguno de ellos inventó propiamente las tecnologías que las diseñaron – había computadoras antes del Mac, sistemas de búsqueda antes de Google y redes sociales antes de Facebook. Todas las tres supieron fue transformar ideas fascinantes en éxitos de mercado.
Lo que hace a Apple diferente a las demás – y más valiosa que todas ellas – se puede resumir en dos palabras: Steve Jobs. Su visión original y obsesiva persiste incluso siete años después de la muerte prematura, bajo el liderazgo de Tim Cook. Jobs ha concebido un negocio en la intersección de la tecnología con las artes, en las que la ingeniería está al servicio del diseño, máquina y técnica se curvan al ser humano – y no al revés.
No es una coincidencia que Apple apoya bloqueadores de anuncios o que haya resistido al intento del FBI para implantar mecanismos de vigilancia en el iPhone en 2016. Ni que sea reticente a adherirse a las fantasías transhumanas que ven un futuro con ordenadores superando el intelecto humano, conocido por "singularidad" (y, por eso mismo, se retrasa en el mercado de sistemas de inteligencia artificial).
Apple puso a hombres, mujeres y niños de carne y hueso en el centro de su modelo de negocio. En vez de considerar el contenido sólo un timbre para la audiencia, en lugar de llamar a las personas de meras "pupilas" a ver anuncios, en lugar de idealizar los algoritmos como respuesta a cuestiones de orden político y social, siempre dio importancia a artistas, periodistas , músicos y creadores en general.
"Es una disidente del credo libertario (del Valle)", escribe Jonathan Taplin en "Move Fast and Break Things", una rápida demolición al ethos del valle del Silicio. "Tanto Steve Jobs como Tim Cook fueron aliados de la comunidad del contenido, y su posición contra el modelo de marketing de vigilancia que está en la esencia del negocio de Google y Facebook los colocó en oposición directa contra las plataformas sociales y de búsqueda.
Fue también por colocar al ser humano en el centro que Apple, desde el principio, adoptó una visión integrada para sus productos. En su visión, Jobs nunca segmentó el mercado en software, hardware y servicios como hacen analistas, consultoras o la prensa especializada. Entregaba (y hasta hoy la entrega de Apple) todo junto.
Fue una visión que se reveló desastrada en los años 1980, cuando perdió el protagonismo de la era de la computadora personal para aquel que supo ver el valor de vender sólo software, Bill Gates.
Pero se mostró certera cuando la tecnología pemitiu lanzó computadoras mucho más pequeñas, resultando en el lanzamiento del iPhone, del iPad (y, después de su muerte, del Apple Watch).
El liderazgo en la nueva era de dispositivos móviles rescató a la empresa del limbo financiero y, en un período de menos de diez años, transformó a Apple en la empresa más valiosa del mundo. La trayectoria de la compañía reúne los cuatro tipos distintos de genialidad de Jobs:
Técnica, de quien fue pionero al lanzar el primer microcomputador, la primera interfaz gráfica accionada por ratón, el primer smartphone, el primer tablet o el primer smartwatch.
De la que fue capaz de transformar fracasos en éxitos y, cuando todos lo juzgaban un "has sido", reerguer el imperio de que había salido escurrido.
La estética, de quien se preocupaba por el diseño perfecto, desde el diseño de las fuentes en la pantalla, era intolerante por la mediocridad y tenía como ídolo al hombre renacentista por excelencia, Leonardo da Vinci.
Humana, de quien se veía una personalidad mercurial, temperamental, cruel e idiosincrásica e intentó doblar toda realidad a sus designios, incluso ante el cáncer.
Jobs siempre quiso lo que parecía imposible. Su opinión era tan temida que lo llamaban "campo de distorsión de la realidad". Su objetivo al traer la computadora a la vida de todos era dar una "dentada en el universo". Difícil comprobar que la realidad o el universo se hayan sometido a su visión. En cuanto al mercado accionario, los números de ayer no parecen dejar mucha duda …

Nacho Vega

Nacho Vega. Nací en Cuba pero resido en España desde muy pequeñito. Tras cursar estudios de Historia en la Universidad Complutense de Madrid, muy pronto me interesé por el periodismo y la información digital, campos a los que me he dedicado íntegramente durante los últimos 7 años. Encargado de información política y de sociedad. Colaborador habitual en cobertura de noticias internacionales y de sucesos de actualidad. Soy un apasionado incansable de la naturaleza y la cultura. Perfil en Facebookhttps://www.facebook.com/nacho.vega.nacho Email de contacto: nacho.vega@noticiasrtv.com

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