11 consejos para identificar quién hace contenido serio sobre salud en las redes





Nada más natural que la salud es una de las zonas más afectadas por la ola de fake news. ¿Quién no le gustaría una píldora (o mejor aún, una planta) capaz de vencer el cáncer? ¿O que un solo alimento secase los kilos más en la barriga, el inhame curara el dengue y por ahí va?

Buena parte de este contenido es transmitido por los llamados influenciadores digitales (el uso influenciadores) en videos, historias, fotos y "textones". No siempre es fácil entender lo que es balanza y lo que tiene comprobación científica. En medio de la confusión, quien puede darse mal es su salud.

Para ayudarle a encontrar quien produce información confiable en las redes, reunimos consejos de especialistas de tres áreas que bombardean en las redes – pediatría, educación física y nutrición.

1. Celebridad no es profesional de la salud

Esta es la más básica de todas. Para palpitar sobre salud, es necesario tener formación en el área y mostrar referencias robustas. Si el influyente en cuestión dice ser un especialista, usted puede buscar su registro en los consejos de nutrición, educación física y medicina, además de cazar información sobre su escolaridad en el sitio de búsquedas Google.

"Aún así, haga siempre un análisis crítico del perfil, porque hay muchos nutricionistas y otras especialidades adoptando prácticas que ponen en riesgo la salud de las personas", reflexiona Carolina Sartori, nutricionista de Brasilia.





En su perfil en el Instagram, a menudo habla precisamente sobre la difusión de rumores en línea, y es uno de los entusiastas del proyecto Salud Honesta, que pretende desmentir algunos "hechos" que circulan en línea. Aquí, un momento para autopromoción: la revista SALUD también tiene perfil en el Instagram. Haga clic aquí para acompañar.

2. Es especialista. ¿Pero experto en qué?

Sospecha de profesionales aconsejando sobre áreas de actuación que no las suyas. "Estos días, por ejemplo, vimos dentistas prescribiendo reposición hormonal, lo que debería ser hecho por un médico", ejemplifica Marcelo Saldanha, educador físico y nutricionista, docente del curso de Educación Física y Salud de la Universidad de São Paulo. También tiene un perfil en el Instagram en el que divulga noticias sobre salud.

3. Si el milagro es grande, desconfíe del santo

¿La persona anuncia alimentos que curan enfermedades incurables, tés o ejercicios que secan grasa instantáneamente? Mejor dar dejar de seguir.

"Difícilmente los resultados ocurrir de la manera anunciada, y esas promesas han aparecido vinculadas a la compra de programas de ejercicio o productos", comenta Saldanha. El mismo vale para adelgazamiento y ganancia de masa muscular demasiado rápido.

4. Hablar difícil no quiere decir nada

Es común encontrar falacias disfrazadas de verdad con lenguajes supercientíficos, citando estudios y nombres complicados de partes del cuerpo humano. "Diversas alegaciones son de hecho muy convincentes, pero no hacen el menor sentido fisiológicamente hablando, mucho menos poseen comprobación científica", comenta Carolina.

Para quitar la duda, busque la misma información en otros lugares, lo que nos lleva al siguiente punto.

5. Compruebe las referencias

Si el influencer cita un estudio, busque el nombre completo del trabajo, la institución que lo realizó y el tamaño del hallazgo. Descubrir que un compuesto actúa en el cerebro de un ratón en el laboratorio es diferente de extrapolar el hecho para las mentes humanas.

"Vale también verificar si la recomendación dada está en manuales de sociedades médicas y las referencias bibliográficas", recomienda Kelly Oliveira, pediatra autora de la página Pediatría Descomplicada, un éxito en las redes.

También investiga si los reportajes sobre el tema ya se publicaron en la prensa nacional – de nuevo, con entrevistados de calidad, como profesores universitarios, directores de entidades e investigadores de instituciones reconocidas.

Si usted domina el inglés, puede dar una búsqueda en plataformas como PubMed, que reúnen la literatura médica sobre el tema.

6. Si el "experto" indicó una dieta o entrenamiento específico, desconfíe

Decir que la actividad X o el alimento Y son buenos es una cosa, ahora indicar repeticiones, intensidad o un menú cerrado es un problema. "Todas las recomendaciones del tipo necesitan ser individualizadas, tomando en consideración histórico de salud, experiencia y edad de cada uno", destaca Saldanha.

Aprovechando: no intente repetir por cuenta propia entrenamientos intensos de atletas profesionales o ratas de gimnasio, especialmente si tiene poca experiencia. La persona que pasó la información tiene un condicionamiento físico diferente, practica la actividad desde hace años, y su resultado puede ser otro – e incluso negativo.

7. El activismo requiere una segunda mirada

Las redes sociales son un espacio de activismo intenso. ¿Quién nunca encontró por ahí presión sobre lo que debe o no comer? Hasta puede haber beneficios en determinado estilo de vida, pero siempre es bueno buscar el parecer de una fuente más neutra sobre un asunto que es defendido de forma apasionada.

Ya la demonización de alimentos, en general, no merece ni segunda opinión: estamos hablando de los anti-gluten, anti-lactosa, anti-carbohidratos y tantos otros. Los nutrientes específicos deben ser retirados de la dieta de alérgicos e intolerantes, sólo que hacen falta para el resto de la población. En el caso del gluten: eliminarlo está relacionado con una menor ingesta de fibras y, por lo tanto, aumentar el riesgo de enfermedades como la diabetes, sólo para citar un ejemplo.

8. Los relatos personales no son verdad absoluta

Influenciadores, principalmente los que no son profesionales de salud, suelen dividir sus experiencias en las redes sociales. Sólo que él debe dejar claro que se trata de un relato personal y sólo eso. "El problema es que esas declaraciones influencian a los seguidores y no se basan en la ciencia", apunta Carolina.

"Fuera que algunos charlatanes contratan a personas para publicar relatos y convencer a quien está desesperado por una cura a pagar un absurdo por un tratamiento que no es validado con estudios", alerta la nutricionista.

10. Analice bien los anuncios

La propaganda en sí no es el problema, sino el tipo de producto que se anuncia. Hacer ese "publi" de suplementos que prometen milagros por la salud es una mala señal, ya que ellos no siempre funcionan y aún pueden traer riesgos en lugar de beneficios

Remedios, fórmulas manipuladas y programas de entrenamiento con alegaciones fantásticas también son motivos para descrédito. "Influyentes serios van a tomar mucho cuidado con lo que están anunciando y qué mensaje pasa. Por ejemplo, si se hace propaganda de fórmula láctea, pensarán antes en la promoción de la lactancia ", explica Kelly.

11. Busque conocimiento

Desafortunadamente, es un trabajo que toma tiempo. Es necesario investigar los perfiles que llegan hasta usted, analizar la descripción y verificar si las informaciones son confiables y los discursos equilibrados y sin modismos.

Las redes sociales suelen indicar perfiles similares a los que usted sigue, lo que puede ayudar. Para hacer esto en Instagram, haga clic en la casilla que queda justo debajo del número de seguidores de la persona.

¿Quieres saber más? Escucha el primer episodio de nuestro podcast Detectives de la SALUD, dedicado a las fake news. Es sólo hacer clic aquí.

Ana Gomez

Ana Gómez. Nació en Asturias pero vive en Madrid desde hace ya varios años. Me gusta de todo lo relacionado con los negocios, la empresa y los especialmente los deportes, estando especializada en deporte femenino y polideportivo. También me considero una Geek, amante de la tecnología los gadgets. Ana es la reportera encargada de cubrir competiciones deportivas de distinta naturaleza puesto que se trata de una editora con gran experiencia tanto en medios deportivos como en diarios generalistas online. Mi Perfil en Facebookhttps://www.facebook.com/ana.gomez.029   Email de contacto: ana.gomez@noticiasrtv.com

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